Desde el elevador de Santa Justa

Va a ser que importa más ganar elecciones que las personas en silla de ruedas y más que los parados

Santa Justa no tiene nada que ver con la Justicia, la hicieron santa porque se cargó un ídolo pagano. Pero este mérito ha bastado para darle su nombre a un bonito ascensor de Lisboa. Como estoy en Lisboa, me he montado en el Elevador de Santa Justa, por tener la experiencia de un ascensor que funcione.

El jueves pasado asistí a una reunión en el Ayuntamiento de Granada y no andaba ninguno de los ascensores que subían a la planta. Uno se había averiado un rato antes y el técnico dijo que tardaría unos días en arreglarse. Normal, es lo que se llama un "problema técnico". El otro lleva dos años sin funcionar. Eso ya no es un problema técnico. Cuando gobernaba el PSOE, los concejales de Ciudadanos colocaban letreros sobre la puerta del ascensor para recordar los meses que llevaba averiado. Ya no lo hacen; no porque se haya arreglado, sino porque hace meses que tenemos un alcalde de Ciudadanos y el ascensor sigue igual. Va a ser que importa más ganar elecciones que las personas en silla de ruedas; y más que los parados, porque tampoco funcionan los ascensores sociales. Un ascensor social son los cursos para personas desempleadas que les capacitan para conseguir trabajo. La Unión Europea concedió 9,4 millones de euros para estos cursos. La corporación del PSOE los aceptó, pero como venían las elecciones se descuidó y la ejecución se retrasó. Ahora, el bipartito tendría que gestionar el programa, pero como las elecciones ya pasaron no está por esforzarse y va a renunciar a los millones. El Concejal de Desempleo dice que hay un problema técnico: dos técnicas del Ayuntamiento dudan de la viabilidad del programa.

Si hay un principio cierto en política es este: siempre es posible encontrar algún técnico que diga lo que el político quiere oír. El concejal ha encontrado dos técnicas y ha decidido ignorar la opinión de otros técnicos, de Granada y de fuera.

Si hay un principio cierto en economía es este: cuando en los programas de ayuda se pone poco dinero, los principales beneficiarios son los que se contratan para gestionar esas ayudas. Tiene sentido preguntarse para qué seguir pagando una burocracia que no tiene fondos que gestionar.

El Elevador de Santa Justa funciona desde 1902. En Granada no funcionan ni los ascensores mecánicos ni los sociales. Santa Justa no tiene nada que ver con la Justicia. Nuestro Ayuntamiento tampoco.

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