Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

El embustero del reino

Pedro Sánchez pretende asegurar su futuro político vendiendo su alma como Fausto

No deben asombrar los frecuentes cambios de opinión del presidente Sánchez en asuntos políticos, cuando aceptamos estar ante el embustero del reino, basados en la 'maldita hemeroteca'. Aunque la mentira sea norma política, es llamativa su actual defensa de lo rechazado mil veces como es pactar con Bildu, considerando, hoy, a los herederos de los etarras que tanta sangre inocente derramaron, más responsables que el resto opositor, si apoyan los presupuestos, innecesario por la oferta de Arrimadas. Todos conocen su engaño de que no podría dormir tranquilo si tuviese a ministros de Podemos en su Gobierno, olvidado 48 horas después de las elecciones abrazando a Iglesias en la presentación de la coalición. Ahora Pablito, con su moño de la Rosario de Popeye, mece, con una mefistofélica sonrisa, la cuna de su presidente cantándole la conocida nana "Duérmete niño, duérmete ya que ERC y Bildu nos van a apoyar".

Los socialistas históricos y numerosos 'barones' se atragantan con estas patadas a la ética del partido, olvidando -seguramente a consecuencia de la edad, como dice Lastra- que la única ética que practica Sánchez es mantenerse en el poder como sea, sin importar el precio. Da igual ceder a independentistas o filoetarras, cercenar la independencia de la justicia, crear un remedo de 'ministerio de la verdad' para controlar ideas y 'verdades' que, obviamente, no se aplicará a Sánchez ni a los ministros, cosa siempre anhelada por Iglesias, como su impasibilidad de los ataques del vicepresidente al jefe del Estado. Da lo mismo eliminar el castellano como lengua vehicular, desvarío que destacados intelectuales de izquierda, entre ellos numerosos socialistas, han criticado, aunque algunos, como el presidente del Instituto Cervantes, el eximio poeta granadino García Montero no le parece mal en aras de potenciar la riqueza lingüística que nadie duda, pero sin caer en esperpentos como el reflejado en la ley Celaá, que ya vimos esta semana en el Congreso, donde los nacionalistas utilizaron sus lenguas 'vehiculares' para expresarse, cosa que cortó, como era su obligación, la presidenta de la Cámara. Conocidas son, entre otras, sus concesiones independentistas con la idea de la otra peligrosa estupidez de definir a España como 'nación de naciones'.

Olvidan que Sánchez pretende asegurar su futuro político vendiendo su alma, como Fausto. Ignoro si ha escuchado alguna vez La condenación de Fausto que compuso Berlioz sobre la obra de Goethe. Pero está seguro que su condenación política tardará en producirse porque sus 'mefistófeles' a los que se ha vendido no lo permitirán, mientras siga complaciéndolos y haya tan pocas opciones para sucederle. Los que desean ese momento tendrán que contentarse escuchando la música de Berlioz.

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