Rafael Contreras es uno de los responsables de que, cada vez que un torero salga al ruedo, la plaza de toros de Atarfe luzca como nueva. Desde que el Ayuntamiento del municipio granadino inaugurara su primer coso taurino en julio del año 2005, Rafael no ha fallado ni un único día de corrida. "He trabajado aquí como arenero desde que abrieron la plaza", explica Rafael, que asegura que le encanta su trabajo porque, entre otras cosas, le permite disfrutar de una de sus mayores pasiones.

"Me encantan los toros, así que mi trabajo es prácticamente un hobby", indica el arenero, que lamenta que sus otras obligaciones laborales -durante la semana trabaja para Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) en la limpieza viaria del municipio de Atarfe- le haya impedido ir a trabajar a otras plazas de toros como sí han hecho algunos de sus compañeros. La relación de Rafael con el mundo del toreo viene de muy lejos. "Desde que era muy pequeño ya iba con los amigos al antiguo matadero de Granada. Estoy metido en el mundo de los toros desde que tengo 14 años". De hecho, hasta hace dos años su trabajo a tiempo completo -en el matadero- estaba también muy relacionado con la fiesta taurina. A sus 46 años, Rafael no se ha cansado de todo lo que rodea al mundo del toreo. "A mí de una corrida me gusta todo. Desde que sale el toro a la plaza hasta que termina la jornada con la actuación de la banda municipal de música. Por gustarme, me gusta hasta la 'merendica' que nos tomamos todos los compañeros a mitad de la faena". Eso sí, lo que más me emociona de todo es el ambiente de los días -como ayer- en los que la plaza se llena hasta la bandera.