El espejo de Madrid

En Andalucía los ciudadanos perciben el colapso de los centros de salud, los rastreos inexistentes y los escasos PCR

Por una vez la atención mediática sobre Madrid no es producto de la madriditis que padecen los medios nacionales. En general, para estos medios España termina en la puerta de Alcalá y convierten los contratiempos de la metrópoli en problemas generales. Pero en esta ocasión la crisis sanitaria transforma la capital en un espejo en el que mirarse para no cometer sus mismos errores y detectar síntomas parecidos en la periferia. En Andalucía los ciudadanos perciben en su entorno el colapso de los centros de salud, contestadores autonómicos que no atienden, rastreos inexistentes, escasos PCR o profesionales insuficientes… Y mientras la alarma crece, las autoridades autonómicas esperan a fin de mes, por si se escampa.

Pero volvamos a Madrid, donde llevan seis meses de acusaciones mutuas los gobiernos central y regional. El problema allí más que de competencias es de incompetencia. Sorprende que una persona con tan escasa preparación como Isabel Díaz Ayuso haya llegado a la presidencia. La situación la supera. Pero la insolvencia de la presidenta regional no exime de responsabilidad al Gobierno de la nación a quien el artículo 149 de la Constitución atribuye la coordinación general de la Sanidad. Con una población flotante como la de Madrid, donde acuden a diario trabajadores de las dos Castillas y con un problema tan complejo, Pedro Sánchez ha dejado cocerse a fuego lento a la incompetente presidenta. Entre su carta del jueves y la cita del lunes en la Puerta del Sol habrá más de cien muertes. La dilación es una temeraria frivolidad.

Los gobernantes buscan trasladar la responsabilidad a los demás. Moreno Bonilla dice que la sanidad andaluza llevaba debilitándose ocho o nueve años. O sea, que sus carencias son culpa de los socialistas. Pero esos ocho o nueve años nos sitúan en 2011/ 2012, con la llegada del gobierno de Rajoy al poder y el inicio de recortes generalizados en los servicios públicos en toda España.

Ahora lo que cabe es no ocultar datos, prontitud en las medidas de seguridad y una auditoria rigurosa sobre lo que se ha hecho. A las crisis sanitaria y económica se une otra institucional. La Comunidad de Madrid está desgobernada, en Cataluña la presidencia va a quedar vacante cuatro meses, el Gobierno de la nación minoritario pasa apuros presupuestarios. Hubo una mayoría para echar al PP del Gobierno pero en dos años no la ha habido para hacer nuevas cuentas públicas y gobernar el país. Inseguridad. Eso es lo que refleja el espejo de Madrid.

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