¡No estarse quietos!

La política es, también y para avanzar, saber mezclar un tanto de atrevimiento y otro de generosidad

No es la primera vez que alertamos sobre la próxima caducidad de la cesión que, por espacio de treinta años, había hecho el Ayuntamiento de Granada a la que fuera Obra Cultural de La General -extinta Caja General de Ahorros de Granada y en la actualidad Fundación CajaGranada- que recibió en uso; me parece que hasta el próximo mes de enero de 2020; de parte de las antiguas instalaciones en el edificio que alberga actualmente el teatro Isabel la Católica. Instalaciones que recibió el Consistorio tras la firma de un acuerdo para hacerse cargo de las insolubles deudas que veía crecer el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, fundadas en su mayor parte en las cargas sociales impagadas y que impedían proseguir con las puertas abiertas de la centenaria, cultísima, histórica y prestigiosa institución granadina.

A los anaqueles municipales de la Biblioteca de los Jardines del Salón fueron a parar, también, sus varios millares de revistas y de libros. Y miles de fotos. Y de grabados, casi todo un valiosísimo fondo referido a temas y autores granadinos, en ediciones de muy diversas épocas y muchos catalogados como "raros" y "rarísimos" y de un valor que nunca fue tasado, ni con acierto ni sin él.

Así que, a cambio de todo el patrimonio, el Ayuntamiento se quedó salvaguardándolo en propiedad y a los socios del Centro -los que quedaron- después de tanta tromba administrativa y tempestad económica, se les señaló uno de los pisos del mismo inmueble para poder proseguir con sus actividades que, reducidas de voluminosa manera, permitían aún la celebración de infrecuentes recitales de poetas noveles locales y algún concierto monoinstrumental, con escasa asistencia de público.

Pero héteme aquí que, de cinco o seis años a esta parte, la completa renovación de la Junta Directiva y el coraje demostrado por sus miembros: un inquieto puñado de granadinos, cincelados en la universidad, cultos, comprometidos y decididos en el ejercicio y la difusión de las ciencias, las letras y las artes, producen y celebran hoy, junto a la imparable Presidencia de Celia Correa, más de trescientos actos anuales -¡trescientos, oiga!- habiéndose colocado, de nuevo, el Centro Artístico, casi a la cabeza de las instituciones culturales privadas granadinas.

Por esto y mucho más, esta tan renombrada y acreditada institución cultural que prestigia a Granada, es sin duda merecedora de volver a gestionar esos espacios, que fueron suyos, en la seguridad del acierto en semejante decisión política a la que hay que animar a la Alcaldía y al Gobierno y a la oposición. La política es, también y para avanzar, saber mezclar un tanto de atrevimiento y otro de generosidad. ¡No estarse quietos! ¿O no?

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