Puesto de socorro

Javier Aguilera

La evidencia de las camisetas

LA oportunidad que he tenido en los últimos años de visitar distintos países europeos me ha servido para comprobar que el Barcelona es el equipo de moda más allá de los Pirineos y que los niños de hoy en día quieren ser Messi, Iniesta o Xavi mucho antes que cualquier otro jugador. Hasta un merengue como yo he de rendirme a la evidencia de las camisetas, a que por cada persona que porta una del Real Madrid, el Liverpool, el Chelsea o la Juventus, te cruzas en cualquier lugar de Europa con diez que visten la azulgrana, la que, ajena a reivindicaciones catalanoindependentistas, ensalza el fútbol de verdad, el que gusta y enamora al aficionado, con los tres 'enanos jugones' como principales estandartes.

La evidencia de las camisetas también me deja un claro mensaje en Granada: la afición ha despertado muchos años después, la de la capital y su provincia. Hasta hace poco tiempo aquel que vestía la rojiblanca era poco menos que un bicho raro; ahora la casaca de las rayas horizontales está presente en casi todos lados, los niños la piden para sus cumpleaños. No deja de emocionarme que, como ocurrió en los encuentros ante el Alcorcón o el pasado domingo, la ciudad se tiña de rojiblanco, el raro sea el que va al campo sin la bandera, la bufanda o la camiseta del equipo. El granadino de a pie presume otra vez de ser del Granada, confiado en que el último año disfrutado no sea más que el inicio de un largo trecho hacia Primera, y eso se nota en las calles de la ciudad, que por fin respira aire futbolero.

Por cierto, cero puntos y colistas tras dos jornadas. No pasa nada. Viene bien para saber quienes somos (un recién ascendido algo pardillo aún) y dónde estamos (jugando ante equipos que no son el Lucena, el San Roque o el Mazarrón). Toca salir con todo ante el Betis y apoyar al equipo sin descanso, que la Copa nos puede dar muchas alegrías.

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