Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

La falsa moneda

La postergación de Granada sólo se explica porque es moneda de cambio para la promoción política de algunos

No es un secreto mi rechazo al controvertido proyecto del teleférico a Sierra Nevada, no sólo por su ausencia de viabilidad económica, sino fundamentalmente por su enorme impacto medioambiental. Lo que no podía ni imaginar es que en tiempos de pandemia, con cientos de muertos todos los días -de los que vergonzosamente no se habla por marketing político-, la Junta andaluza tuviese la feliz idea de incluir al dichoso teleférico en los fondos europeos para la recuperación del Covid.

¿Qué relación tiene el coronavirus y la recuperación de la economía por su causa con la construcción de un proyecto nuevo no consensuado con los granadinos? ¿Es que esta infraestructura está vinculada a la transición ecológica o a la transformación digital, que es a lo que se orientan la mayoría de los proyectos incluidos en tales fondos?

Parece que a la transición ecológica precisamente no está muy orientado…, y más que transformación digital, lo que quieren es transformar el ecosistema y el paisaje granadino para obtener rédito político y para beneficio de unos cuantos, porque eso de que el teleférico se va a convertir en el medio de transporte principal a Sierra Nevada no se lo creen ni ellos, como tampoco que mejorará el medio ambiente o reducirá la huella de carbono al descongestionar el tráfico.

Inaudito, como también lo es que la semana pasada esa sevillana Junta acordara definitivamente la concesión de una "subvención directa de carácter excepcional" al Ayuntamiento de Granada, instrumentalizada mediante convenio de colaboración -que no es la figura jurídica más ortodoxa para llevarse el dinero de la hucha de la Alhambra a otra Administración-, para la ejecución del plan extraordinario de inversiones en Granada 'Plan Alhambra', a costa de los 43 millones de euros de ahorro de nuestro emblemático monumento. Un escándalo.

Granada no puede seguir así, con un Ayuntamiento enfrentado y en bancarrota, un monumento esquilmado, un teleférico que nadie quiere con cargo a unos fondos Covid para los que otros muchos proyectos tienen mayor encaje, con una postergación multidireccional, sólo explicable porque Granada es moneda de cambio para la promoción política de algunos -recuerden que la alcaldía se canjeó entre PP y Cs a cambio de plazas más golosas-.

Granada es como la falsa moneda, que, de mano en mano va, y ninguno se la queda. Pero los granadinos no queremos ya que nadie se la quede, queremos libertad, queremos el Granadexit, que nos traerá autonomía para decidir nuestro futuro y ser por fin dueños de nuestro destino.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios