Los famosos y las casas de apuestas

Al gobierno no le parece tan preocupante el juego. No entiende que es una droga más adictiva que el tabaco

Les confieso que me produce una desazón terrible ver a actores famosos, avezados presentadores y futbolistas mediáticos que cobran en un día lo que tú en un año, protagonizar anuncios de juegos y de casas de apuestas. Se me 'hierven los demonios', que diría mi amigo Harry, al ver la hipocresía que esta sociedad es capaz de acumular. Los gobernantes han hecho todo lo posible por exiliar al que consume tabaco de la zona de tranquilidad en la que se hallaba en otros tiempos: hoy casi se ven como apestados a los que están en las puertas de los bares o de los restaurantes fumando un cigarrillo. Tampoco dejan que las bebidas alcohólicas se anuncien libremente porque pueden inducir al ciudadano a una enfermedad que se llama alcoholismo. Sin embargo, están proliferando como pulgas en un perro sarnoso aquellas marcas de apuestas que incitan a la ludopatía. Los gobernantes pensarán que los fumadores pueden padecer un cáncer de pulmón y sería muy costoso pagar el tratamiento de su enfermedad. O que un alcohólico podría padecer una cirrosis e igualmente costosa su cura. Pero al adicto al juego no hay que hospitalizarlo. Por ahora los ludópatas le salen muy baratos al Estado en comparación con otras adicciones. Digo por ahora porque como siga esto así habrá un montón de ludópatas que necesiten tratamiento psiquiátrico y entonces, seguramente, se tomará cartas en el asunto.

Conozco a un psicólogo que me dice que quienes ahora van más a su consulta son personas que tienen problemas por su adicción al juego. Emilio Calatayud, desde su atalaya de juez de menores, hablaba el otro día de la gran cantidad de jóvenes que se han enganchado a las apuestas online y que tienen a sus padres muy preocupados. Aun así este Gobierno no hace nada por erradicar los anuncios que incitan a una persona a dejar arruinada a una familia sin salir de casa. Eso no le parece tan preocupante. No entiende que el juego es una droga más adictiva que el tabaco. Hace unos días se convertían en noticia esos futbolistas que amañaban partidos para enriquecerse con las apuestas. Ahora solo falta que sustituyan a José Coronado, Carlos Sobera o Cristiano Ronaldo de los anuncios y pongan a los exfutbolistas Raúl Bravo o Carlos Aranda diciendo algo así: "No sean tontos y apuesten, que nosotros nos hacemos más ricos y ustedes más pobres". En Italia, país con el que empatamos a corrupción, ya se han prohibido estos anuncios. A ver aquí cuando.

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