Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Una feminista en el Constitucional

Aún en los casos en los que su posición resulte minoritaria, obligará a reflexionar a esa inmensa mayoría de hombres

Por una casualidad del destino, precisamente el 8 de marzo el Senado eligió como magistrada del Tribunal Constitucional a María Luisa Balaguer, con el voto favorable de 204 de los 266 integrantes de este órgano constitucional. Parece que hubiera podido elegir el día. Y es que si algo define la larga y brillante trayectoria profesional de María Luisa es la defensa de los derechos de la mujer. Esta almeriense, formada en Granada y residente en Málaga ha desarrollado muchas e importantes tareas a lo largo de su vida: abogada, catedrática de universidad, consejera consultiva de Andalucía, entre otras. Y todas ellas las ha impregnado de un feminismo militante. Pertenece a esa generación de mujeres que en la transición iniciaron el largo camino de la lucha por la igualdad de género. Cuando miran para atrás pueden sentirse orgullosas de lo conseguido; cuando miran para adelante saben que tienen que seguir en la brecha pues aún estamos lejos de la igualdad real y efectiva. Y ahí siguen, liderando a generaciones posteriores que se incorporan a esta lucha.

Esta defensa de la igualdad se traslada ahora al Tribunal Constitucional. El Tribunal ha contado con pocas mujeres. El techo de cristal se advierte en éste como en tantos otros ámbitos. En cualquier caso, las magistradas han dejado huella. Desde la primera, Gloria Begué, recientemente fallecida, a la que ahora abandona el Tribunal, Adela Asúa, con sus interesantes votos particulares. En concreto, en la defensa constitucional de la igualdad real y efectiva merece reseña especial la brillantez jurídica de la granadina Elisa Pérez Vera, ponente de las sentencias más relevantes que declararon la constitucionalidad de medidas de acción positiva en favor de la mujer.

En esa senda, María Luisa Balaguer aportará una interpretación de la Constitución desde la perspectiva de género que resulta muy necesaria en un país culturalmente machista. Aún en los casos en los que su posición resulte minoritaria, obligará a reflexionar a esa inmensa mayoría de hombres que componen el Tribunal. Habrán de afinarse los argumentos en todo lo relativo a la igualdad pues la nueva magistrada será especialmente vigilante ante una desigualdad normalizada que el pensamiento feminista nos debe ayudar a desterrar.

Resulta incomprensible que sólo dos de los doce integrantes del Tribunal Constitucional sean mujeres, incumpliendo el principio de representación equilibrada. Sin embargo, con mujeres como María Luisa Balaguer en el Tribunal esa y otras desigualdades serán cada día más difíciles.

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