Crónica personal

Pilar Cernuda

El filo de la navaja

RAJOY se mueve en el filo de la navaja, y de él, solo de él, depende que caiga en el lado correcto. Un partido y sus dirigentes pueden salir reforzados de un caso de corrupción, o laminados, y el Partido Popular no es una excepción. Tras unos días de tancredismo Rajoy aparentemente ha cogido el toro por los cuernos, decidido a dar la cara e incluso a partírsela. Pero queda un trecho por recorrer antes de dar carpetazo, y el presidente de ese partido tendrá que demostrar que tiene energía, temple y cautela para superar la crisis. Que hay sombras de sospecha sobre la actuación del alcalde de Boadilla no se le escapa a nadie. Sorprende que le venda el piso una mujer con el mismo nombre que la mujer de Correa. Verde y con asas. Por eso Granados -secretario general del PP madrileño- ha hecho bien al presionarle para que presentara su dimisión. Como tenían que dimitir los que tuvieron relaciones con el tal Correa una vez que Rajoy dio instrucciones, en el 2005, de no contratar nada con él ni con sus empresas. Pero también hay sombras de sospechas sobre el juez Garzón, no acaba de convencer que haya irrumpido en la escena política con iniciativas judiciales que podía haber resuelto hace meses o dentro de unos meses.

De líos monumentales como el que tiene Rajoy sobre la mesa se sale muerto o reforzado. Todo el mundo le exige que actúe con energía, pero no le falta razón cuando responde que no puede cortar cabezas si no existen pruebas. Se han cortado algunas, así que tanto él como Aguirre deben tener certezas de que en algunos casos no se ha actuado con el rigor necesario.

Zapatero y Blanco se refieren en público a la corrupción del PP, el primero en tono condescendiente y el segundo en cambio con acusaciones abiertas de ser un partido que ampara la corrupción. Más valdría, a uno y a otro, estar callados. En el PP al menos han iniciado una investigación interna, se han presenmtado como acusación paticular y han reaccionado de forma drástica contra los que han mantenido una actitud cuando menos sospechosa. En internet hay colgado un video que recoge el momento en que un alcalde socialista de un pueblo de Almería se mete bajo la camisa los miles de euros que le entrega un constructor. El PSOE nunca quiso investigar el caso Ciempozuelos, y si nos remontamos más lejos vemos que gente del PSOE estuvo implicada en delitos económicos de gran trascendencia sin que reaccionaran los dirigentes del partido, que acusaban a los medios y a la oposición de jugar a la contra. Los jueces determinaron que efectivamente se cometieron delitos. Gravísimos. Y entre los implicados en uno de ellos estaba nada menos que el entonces gobernador del Banco de España.

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