No hay duda, la furgoneta de la imagen tiene un buen antirrobo. El perro se mantiene ojo avizor en un espacio que, en este caso, es relativamente amplio, a la par que frena a los que gustan por los bienes ajenos. Lo que no se ve y sí es de esperar es que alguna ventanilla esté abierta aunque sea un poco, pues ya se sabe que en los interiores de los vehículos el exceso de temperatura ha causado más de una desgracia.
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