Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

El gatillazo de puigdemont

En Cataluña, los independentistas se nos han vuelto internacionalistas y los internacionalista, nacionalistas

No soy vulcanólogo ni presentador sacalavas de alguna cadena de TV, pero puedo asegurarles que, por ahora, Cataluña no se va a mover del lugar que ocupa en la Península Ibérica. Podrá haber deriva independentista, pero deriva geológica, ni hay ni se la espera. Por tanto, lo más sensato, antes de que los trileros que están sentados a la mesa de diálogo nos vuelvan locos, es sugerirles que en un tiempo prudencial, sin prisas pero sin pausas, pacten un referéndum. La Constitución fue pensada para que de aquí no se fuera nadie y referéndums como los organizados por Puigdemont, terminan en gatillazo, tras ocho segundos de ridícula espera, en los que se oye la voz del expresidente decir: "Catalanes, esto no me había ocurrido nunca". Por tanto, acordemos un referéndum. Que no pasa nada, Cataluña no se despega de España, y no solo geológicamente, por muchos referéndums que ganen Puigdemont y su hueste. Esto sí, una vez que se conozca el resultado, que se acepte. Y que en 50 años, nadie vuelva a hablar de ello. Ni los que lo ganen ni los que lo pierdan, ¡puñetas!; que esto del referéndum comienza a dar vejez. Aunque de despiadados coñazos ya no nos libra nadie. Si no es eso, será Marlasca, hablándonos del último descuartizamiento; o todos a una abrazados indisolublemente a la última catástrofe, exprimiéndola hasta que la lava o las lágrimas se sequen. Volviendo a la deriva de las patrias: cántabros, navarros, catalanes, castellanos, aragoneses, valencianos, gallegos, vascos, andaluces, murcianos y extremeños llevamos tanto tiempo juntos que por mucho que derivemos, unos y otros, al final, apareceremos con vicios y cualidades semejantes. Puigdemont ha dicho en Cerdeña: "España no pierde la ocasión de hacer el ridículo", y menos, los españoles a su pesar, reinantes en Cataluña, donde los independentistas se han vuelto internacionalistas, y andan todo el tiempo por Europa buscando naciones que los apoyen, y los internacionalistas de toda la vida, CUP e izquierdistas, se nos han vuelto ahora nacionalistas, desoyendo este consejo de Lenin: "Quien quiera servir al proletariado, debe agrupar a los obreros de todas las naciones y luchar sin desfallecimientos contra el nacionalismo burgués, contra 'el suyo propio' y el del extranjero". Así que punto en boca, que todos tenemos muchos ridículos que tapar.

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