Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Nos gobiernan publicistas

Basta ver la parafernalia de la presentación; ni una cifra, propaganda, power point y verborrea. Y mucho twitter

Todos apoyamos los ERTE de fuerza mayor. La situación era excepcional y requería medidas inmediatas. Mantener el empleo unas semanas con subvenciones era económicamente asumible y socialmente plausible. Tanto como exigir a las empresas acogidas al sistema que a cambio del esfuerzo de todos, mantuvieran a esos trabajadores al menos seis meses tras el retorno a la actividad. El gobierno, que no fue nada proactivo, respondió al golpe con un escudo de protección laboral improvisado sobre una legislación vigente hace décadas. Aunque bien que se fajó en publicitar que era algo que habían creado de la nada. Su falta de previsión -recuerden al doctor Simón afirmando el 31 de enero que "España no iba a tener más de algún caso"- obligó a declarar el estado de alarma, limitando libertades fundamentales y confinando a la población cien días en los que la economía se paralizó. Pero bien que hizo campaña con aquello de que de esta salimos más fuertes.

Más de seis meses después, la situación no remonta. El verano no reactivó nada. Es más, aunque el presidente Sánchez anunciara en junio a bombo y platillo que "habíamos vencido al virus y que debíamos salir a la calle porque había que recuperar la economía", la realidad ha sido muy distinta. El turismo y la hostelería agonizan, el comercio se tambalea y las pequeñas empresas y autónomos si ven una luz al final del túnel es la del tren de la quiebra que amenaza con arrollarles.

Las empresas están rechazando los ERTE porque no creen que puedan mantener el empleo ante la catástrofe económica que viven y la crisis que ven avecinarse. Si la economía no se reactiva no habrá posibilidad de mantener las plantillas y ahora, con la segunda ola de la pandemia parece más difícil aún que hace unos meses. El gobierno reconoce que el crecimiento del PIB para el próximo año será menor que la caída que sufrirá este. Y sin embargo, plantea un programa económico a Europa que contempla un aumento desorbitado de gasto y mayor recaudación fiscal. Algo inconcebible si las empresas van a reducir beneficios y plantillas. Es obvio que caerá la recaudación en Sociedades y en IRPF. Pero bien que pregonan el Plan a los cuatro vientos como si fuera creíble. Basta ver la parafernalia de la presentación; ni una cifra, propaganda, power point y verborrea. Y twitter. Mucho twitter. No sé qué es peor; que mientan o que no lo sepan. Nos gobiernan publicistas y tuiteros.

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