El gran anuncio

El movimiento provida ha adoptado el día de la Anunciación, en todo el mundo, como Día de la Vida

No, no se trata, amable lector, de que Juanma Moreno se haya decidido, cuando aún es tiempo, a convocar elecciones en Andalucía antes de que le convoquen a él a una sesión de afeitado como las que les habían preparado a sus colegas de Murcia y Valladolid, y a punto estaban de servirle a la madrugadora Isabel Díaz Ayuso. No va de eso nuestro gran anuncio del día, pues hoy, 25 de marzo, lo que toca y obligado debiera ser en todo el orbe católico es acordarse de la Anunciación de Nuestra Señora o de la Encarnación del Hijo de Dios en María por obra y gracia del Espíritu Santo, que tanto monta.

En la plenitud de la Cuaresma, como casi todos los años, la Anunciación tiene la virtud de llevar nuestra atención a cómo comenzó y qué sentido final tiene todo lo que en pocos días más viviremos como un misterio inagotable de gracia y redención. También como todos los años, sus amigos hemos recibido de don Manuel Losada Villasante, el gran científico andaluz, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, el oportuno recordatorio de la fiesta, ilustrado en esta ocasión con un bello y profundo texto que muestra el vínculo entre lo que celebramos y la esperanza cristiana, esa "reconfortante realidad presente desde hace dos mil años que cree con firme convicción en Dios y el hombre, en un ideal basado en el respeto y cumplimiento de la ley moral, en las enseñanzas de las Escrituras y especialmente del Evangelio, y en el triunfo de los valores del Espíritu: verdad, bondad y belleza, hasta hacerlos suyos y dar su vida por ellos".

En tiempos más sensibles a las cosas de Dios, la Encarnación figuraba entre las fiestas más grandes del calendario hasta el punto de que no eran pocos los países que hacían coincidir esta fecha con el comienzo del nuevo año, algo que no siempre y forzosamente sucedió el 1 de enero. Desde 2003 el movimiento internacional provida la ha adoptado, con absoluta coherencia, como Día de la Vida. Por su significación palmaria, ha estado siempre vinculado a la lucha contra el aborto y sus secuelas, pero en España se nos ha abierto este año un nuevo frente con la Ley de Eutanasia, aprobada entre aplausos macabros en un Congreso convertido en agente de aniquilación de enfermos y ancianos. Mas no perdamos la esperanza porque hoy, 25 de marzo, Encarnación del Verbo, celebramos el comienzo de esa Vida que hizo posible una mujer que cambió el mundo con su sí.

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