La mirada urbana

No hace falta ser adivino

No hace falta ser adivino

No hace falta ser adivino / jesús jiménez / photographerssporst

No hace falta dedicarse al arte de la adivinación para saber cómo acabarán ciertas historias. A veces el sentido común y la experiencia bastan para saber el desenlace de algo, aunque siempre existe la probabilidad de que la moneda caiga de cara o de cruz (al fin y al cabo 1+1 a veces son 7). Por eso, si un hombre carga una pesado frigorífico por unas escaleras, de espalda, cualquiera puede prever qué ocurrirá: o bien el peso hará que el frigorífico venza hacia delante, rompiéndose; o bien será la columna vertebral del pobre hombre la que acabe rota después de semejante esfuerzo.

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