Los clientes no siempre están. Así le pasa a este vendedor ambulante, que ofrece su mercancía bajo el sol en un momento en el que no tiene a nadie a quien atender. Mientras llega alguien, hay que matar el tiempo de la mejor manera posible. El teléfono móvil, que ofrece un sinfín de posibilidades que orillan al objeto inicial, que es el de hacer y recibir llamadas, es una buena opción para entretenerse. Así, la espera es más corta.
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