Crónica Personal

La herencia

Feijóo no solo tendrá que lidiar con una economía en estado catatónico, sino con una España desvertebrada

Alberto Núñez Feijóo quiere ganar las elecciones y media España quiere que Feijóo sea presidente. En unos casos, porque lo consideran el político más preparado para ese puesto; en otros, porque el rechazo a Sánchez es inconmensurable y saben que la única persona que puede echarle de Moncloa es el dirigente gallego.

Sin embargo, no hay muchas razones para envidiar al hoy presidente del PP. Gobernará, es probable, una satisfacción inconmensurable para Feijóo porque el gobierno es la aspiración máxima de cualquiera que se dedique a la política. Pero llegar hoy a la Moncloa puede ser el llanto y crujir de dientes.

No hay jefe de gobierno en España que haya recibido peor herencia. La que dejó Zapatero fue muy mala, pero basada sobre todo en la catastrófica situación de la economía. Feijóo no solo tendrá que lidiar con una economía en estado catatónico, sino con una España desvertebrada por el peor presidente que ha habido, una España en la que han tenido mando en plaza los partidos y dirigentes más antiespañoles, y que en estos años de sanchismo se han acostumbrado a conseguir todo lo que han pedido, porque Sánchez les ha aceptado todo, incluso lo más indeseable, lo que rozaba la constitucionalidad, con tal de conseguir su apoyo para mantenerse en Moncloa. Lo último, acordar con la Generalitat el blindaje del catalán y la práctica desaparición del castellano en colegios y universidades. Es el riesgo de tener un presidente con un número irrelevante de escaños.

Y ya puestos, a lo mejor convendría dar una pensada a la Ley electoral y hacer unos ajustes para dar fortaleza a quien gobierna o no dejarlo en manos de partidos minoritarios. Con una segunda vuelta o, como hacen algunos países, conceder un número suplementario de escaños al partido ganador.

Feijóo hereda un déficit inasumible, una deuda imposible de afrontar, las consecuencias de unas políticas diseñadas para conseguir votos y sin dinero para cumplirlas, como las pensiones actuales. La propia UE alerta constantemente sobre el futuro de las pensiones y exige medidas correctoras. A todo ello se suman las consecuencias energéticas y no energéticas de la guerra de Ucrania, así como el desprestigio de organismos e instituciones de la Justicia, asaltados por un gobierno sin complejos que los han hecho suyos.

Es tan grave la situación de España, la herencia que recibe Feijóo, que dan ganas de denunciar a Sánchez y a su equipo por cómo están dejando el país. Y peor que lo pueden dejar en el tiempo que les queda…

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