Un Palacio de Hielo en tiempos de crisis. El simple enunciado chirría. Si ya parecía una tanto extravagante el proyecto de construir un gran palacio de hielo cuando la bonanza permitía que cualquier proyecto fuera posible; ahora, con la que está cayendo en sectores tan esenciales como la sanidad o la educación, suena a ciencia ficción. El Ayuntamiento ha optado por meter la idea en el cajón y optimizar los recursos actuales. Para empezar, la ciudad tiene un gran Palacio de Deportes al que, sin equipo de baloncesto, habrá que buscarle utilidad. Las infraestructuras tienen que tener vida, si no son monumentos al derroche.