Es muy importante que el arzobispo de una sede metropolitana como Sevilla tenga una suerte de representante, un hombre de la máxima confianza de forma permanente en Roma. Una diócesis de millón y medio largo de habitantes, capital de comunidad autónoma, con el añadido del peso histórico de Sevilla, con tradición de cardenalato y donde ha estado dos veces el Papa, necesita muchas gestiones rápidas y rigurosas ante la Curia romana. Monseñor Saiz lleva poco tiempo en la ciudad, de momento no ha efectuado cambios en los principales cargos. Tiene una agenda de trabajo frenética en la que hay múltiples entrevistas con dirigentes de todos los colectivos que trabajan en la Archidiócesis y por la ciudad. El pasado domingo comunicó oficialmente su primer gran nombramiento.

El cura Antonio Mellet, vicario judicial de la Archidiócesis de Sevilla y rector de la Basílica de la Macarena, se irá a Roma para formar parte nada menos que de la Congregación para el Clero. El papa Francisco ha sido precisamente el pontífice que le ha dado a esta organización la categoría de dicasterio mediante la constitución apostólica Praedicate Evangelium. En esta congregación se decide, por ejemplo, sobre las investigaciones sobre pederastia, los siempre complejos procesos de secularización de los sacerdotes, la necesidad de formación permanente, la conservación y administración de los bienes temporales de la Iglesia (bienes inmuebles, tasas, tributos, alienaciones), la remuneración, las pensiones por invalidez o vejez y la asistencia sanitaria del clero, etcétera. Las funciones de este dicasterio son muy importantes, por eso también lo es la apuesta de don José Ángel por enviar a este sacerdote a esta congregación.

Mellet está llamado a ejercer su ministerio en este nuevo destino en general y, con todo seguridad, a seguir sirviendo a la diócesis sevillana desde Roma en particular. Mellet se hizo con la confianza de monseñor Saiz desde el principio, como tantos otros que irán conociendo sus nuevos destinos en próximas fechas. No hay prisas, pues la Iglesia nunca las tiene. Primero se atienden las necesidades de Roma, después las de los posibles nuevos nombramientos en el episcopado (hay nombres en el clero sevillanos que tienen un buen perfil y que suenan con fuerza) y a final de curso o a principios del siguiente se renuevan los nombramientos de la curia hispalense, las parroquias, delegaciones diocesanas pastorales... De momento ya hay un sevillano que se asentará en Roma para tareas delicadas y capitales. Enlace directo para todo.