Hoja de ruta

Ignacio Martínez

La hora de África

OBAMA no es descendiente de esclavos, sino de un inmigrante keniano. Pero representa a los cuatro millones de esclavos negros cuya conversión en ciudadanos libres dispuso la abolición de 1862 en Estados Unidos, en un país de 30 millones de habitantes entonces. También representa a los 20 millones de negros norteamericanos que en los años 50 y 60 del siglo XX reivindicaron y consiguieron sus derechos civiles. Representa a Emmett Till, un adolescente de Chicago que durante unas vacaciones en Money (Mississippi), en el verano de 1955, silbó a una mujer blanca en una tienda y fue asesinado por dos blancos que le dieron una paliza, le dispararon y tiraron su cuerpo a un río. Los asesinos fueron declarados inocentes por un jurado, que sólo necesitó una hora de deliberaciones.

Representa a Rosa Parks, que en diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama), se negó a dejar su asiento en el autobús a un pasajero blanco. Fue detenida, enjuiciada y condenada por conducta desordenada. Los derechos civiles eran algo tan simple como ir al mismo colegio, a los mismos bares, en los mismos autobuses o bañarse en las mismas piscinas que los blancos. Recomiendo sobre esto último la primera película como director de Antonio Banderas, Locos en Alabama. Excelente filme.

El nuevo presidente de los Estados Unidos representa también al continente africano. Tiene hermanos de sangre en la Kenia actual. África es el continente olvidado por el progreso, con muchos países, como Burundi, Liberia o Guinea Bissau con menos del 1% del PIB per cápita de España. Kenia, el país del padre de Obama tiene el 2,5% del producto bruto español por habitante. Hay unos 900 millones de habitantes en África, con una demografía que crece desmesuradamente a medida que baja su mortalidad. Las mujeres africanas tienen más de cinco hijos de media y la población aumenta a un ritmo de 2,5% al año, más del doble que en América Latina o en Asia. En 28 años se habrá duplicado la cifra de habitantes del continente negro.

Obama representa, desde luego, a los 40 millones de afroamericanos que viven actualmente en Estados Unidos, pero también a muchos otros ciudadanos de todos los colores y países del mundo, que necesitan creer en un líder que les de confianza y seguridad. Simplemente por la necesidad de esperanza de la humanidad en un futuro de paz y prosperidad.

Los negros eran esclavos en el XIX en Estados Unidos, consiguieron los derechos civiles en el XX y están en el liderazgo del país en el XXI. Hay que agradecerles a los americanos que hayan tenido el atrevimiento.

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