El PP ha vuelto. Tras un tiempo noqueado con Sánchez en el Gobierno y Vox comiéndole terreno por la derecha, los populares son desde el martes un partido en estado de euforia. Y está por ver las consecuencias que la rotunda victoria de Isabel Díaz Ayuso puede tener en Granada. El alcalde, Luis Salvador, recalca que no se puede extrapolar la situación de Madrid a Andalucía porque aquí sí hay lealtad, lo que de paso quiere decir que su partido, y concretamente Ignacio Aguado, no se ha comportado con Ayuso con la suficiente fidelidad. De momento desde el PP andaluz descartan un adelanto electoral, lo que sería, tras el paso por las urnas, el probable entierro de Cs y la Alcaldía naranja quedaría en una situación insostenible. Es el mensaje que lanzan los populares, pero nadie duda de que la calculadora electoral está echando humo y nada es descartable. Por si fuera poco, Sebastián Pérez aparecerá en los próximos días para reclamar la Alcaldía y el pacto del 2+2, un asunto que va a protagonizar las próximas semanas en la capital y que tiene un desenlace incierto. Lo que está claro es que la posición del alcalde es más inestable desde la noche del martes.

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