La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Es inmoral llamar "actividad" al asesinato

Ni lo de ETA fue una "actividad", sino 850 asesinatos terroristas, ni ella le "puso fin": fue derrotada

La derrota de ETA fue un empeño de todos los gobiernos, desde el de Suárez al de Zapatero. El mérito político, con sus aciertos y desaciertos, corresponde a todos ellos. Que el comunicado del 20 de octubre de 2011 se produjera bajo la presidencia de Zapatero no significa que fue él quien lo logró. El propio Zapatero lo reconoció: "Durante muchos años, durante demasiados años, hemos sufrido y combatido el terror. Lo hemos hecho hasta lograr que la razón democrática se abriera camino de un modo definitivo. Ello ha sido posible gracias a la determinación de acabar con la violencia mostrada por todos y cada uno de los sucesivos gobiernos democráticos y sus presidentes".

No debe olvidarse que de todos ellos el más probado fue Suárez, bajo cuya presidencia se alcanzó la apoteosis trágica de asesinatos: entre 1976 y 1981 ETA asesinó a 298 personas -un tercio del total de las víctimas- para reventar el avance hacia la democracia. ¿Se estudiará este intento de golpe de estado del terrorismo vasco, este ataque a la frágil democracia naciente, en la asignatura de Memoria Histórica? Me temo que no. Es más cómodo lancear el toro muerto del franquismo que hacer memoria de lo reciente: los asesinos franquistas están muertos y muchos de los asesinos etarras, vivos; y hay que pactar con quienes blanquean la historia y les hacen homenajes, no sólo para que se integren en la democracia que intentaron derribar, también para que este Gobierno se sostenga (Otegui: "Tenemos 200 presos. Y tienen que salir de la cárcel. Y si para eso hay que votar los Presupuestos, los votaremos sin ningún problema").

Siendo meritorio el papel de todos los gobiernos, de Suárez a Zapatero, es importante recordar que ETA no dejó de matar tras una súbita conversión ética, sino tras ser derrotada por las Fuerzas Armadas y policiales, que se dejaron en la lucha 501 muertos frente a los 321 civiles y 32 políticos asesinados. Es igualmente importante recordar -ante las tibias palabras de Otegui, tan celebradas por algunos- que 375 asesinatos siguen sin resolverse y que los herederos de ETA nada hacen por ayudar a esclarecerlos. Y reaccionar con toda contundencia ante blanqueos como el de Ione Belarra, quien en su nota sobre la declaración de Otegui escribe: "Hace diez años que ETA puso fin a su actividad". Es mentira que "puso fin", fue derrotada. Y es inmoral llamar "actividad" a 850 asesinatos. ¿Tanto trabajo le cuesta escribir asesinatos?

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