Perdiendo el norte

¿Qué es lo invertido?

¿En serio alguien ve -de corazón- en un adorno, en una forma geométrica, un símbolo religioso utilizado a posta?

Me siento avergonzado y dolido. Como hombre y como vecino, me faltan las palabras para calificar lo ocurrido ayer en mi barrio, cuando un hombre (según confesó él mismo) acabó con la vida de su exmujer y madre de sus hijas, según fuentes policiales. Ocurrió exactamente a 65 metros de donde cada noche intento dormir (con la conciencia muy tranquila).

Me siento avergonzado porque seguimos sin hacer nada, como sociedad, contra una lacra que existe porque seguimos justificando las desigualdades entre hombres y mujeres. Si: todos somos víctima de una herencia machista incrustada en nuestro ADN. Algunos son más responsables que otros. Son más responsables quienes dan cobijo o cobertura o justificación a quienes niegan que exista una desigualdad que mata. La violencia machista mata. Tu silencio, también. Tu actitud tolerante con quien tolera la desigualdad de fondo, también.

Algo grave nos pasa como sociedad para que sea capaz de crearse un caldo de cultivo en el que florezca cualquier ridiculez que pueda ser usada como arma arrojadiza. Solo en una sociedad enferma puede germinar la idea de que un simple adorno de Navidad es motivo de afrenta.

No me ha extrañado ver a una parte de la sociedad granadina utilizar como saetas hirientes hacia el contrario los mensajes de unos pocos que dicen ver en una simple forma geométrica de luz una cruz invertida.

Soy católico y aquí lo he mencionado en varias ocasiones. Sinceramente no veo el motivo de agravio por ningún lado. ¿En serio alguien ve -de corazón- en un adorno, en una forma geométrica, un símbolo religioso utilizado a posta? ¿Y si fuera así, no sería más blasfema -y quienes se ofrenden por lo anterior no dicen nada de esto- una cruz gigante en una sierra madrileña hecha por hombres esclavizados por un régimen sanguinario y un líder asesino que se paseó bajo palio por este país llamado España?

No veo el motivo de escándalo en las dichosas luces de la Plaza del Carmen de Granada. Pero tampoco lo veo en que el Papa reciba oficialmente a una ministra española. Curiosamente quienes más critican lo uno y lo otro son quienes más dicen defender una fe que sólo tiene un mandamiento: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo, como a ti mismo.

No veo el amor -ni el consecuente respeto- en algunas opiniones de enfrentamiento que empiezan viendo cruces invertidas y terminan negando la evidencia que mata a las mujeres por el hecho de ser mujeres.

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