Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

No es justo

Sánchez no puede vender España a los independentistas, propiciándoles un universo anti constitucional

Este 2020 ya nos ha traído una situación política de ruptura del régimen constitucional, de legitimación de la fractura de España, de pactos inconstitucionales con delincuentes condenados en firme y de desprestigio absoluto de nuestras instituciones, antes independientes y justas, ahora vasallas del dictador Sánchez, y todo para que este abominable personaje sea presidente del Gobierno.

Pero que no espere Sánchez que ésta sea la culminación pacífica de su funesta andadura, ahora es cuando le van a llover los auténticos regalos que su ignominia merece.

Le lloverán todos los abusos, arbitrariedades y tropelías ilegales e inconstitucionales que los independentistas catalanes y vascos -que han cogido carrerilla por la debilidad del Estado y las instituciones- le planteen, porque ahora ir en contra del ordenamiento jurídico no es ilegal, ni en su caso delictivo, y todo se puede resolver por la vía política.

Pero no acabarán ahí sus problemas territoriales, ya que otros territorios, en el máximo respeto a la CE, están en su pleno derecho de reclamar autonomía propia por los cauces que permite la misma CE, no para independizarse, sino para conformar nuevas CCAA dentro de España.

Y es que la España de las autonomías tal y como se configuró hace 42 años ha demostrado que no funciona, porque está conformada sobre un mapa ficticio que no responde a la realidad histórica territorial de nuestro país, habiendo sido mucho más acorde a ésta su configuración en reinos.

Por ello, no es de extrañar que el leonesismo triunfe o que Málaga también quiera constituir una CCAA junto con Granada y su reino o incluso uniprovincial, frente a un ficticio territorio andaluz que ha demostrado no funcionar y obedecer exclusivamente a criterios de hiper centralización y de marginación de las provincias periféricas.

También desde Granada, Almería y Jaén ha sido una reivindicación territorial constante desde el pucherazo del 28-F de 1980, que incluso contó con leyes orgánicas nulas de pleno derecho para dar cobertura y consumar la ilegalidad, a lo que coadyuvaron los jueces que admitieron como válidos los votos emitidos en sobres con dos o tres papeletas de distinto signo computados como nulos por la Junta Electoral Provincial, y los de personas fallecidas e incapacitadas.

Sánchez no puede vender España a los independentistas, propiciándoles un universo anti constitucional, y que se le llene la boca de Constitución cuando otros territorios reclaman autonomía dentro de ella. No es justo.

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