de todo un poco

enrique / garcía-máiquez

350 kilómetros

ES para reírse -y llorar- que el presidente del PNV o, en bilingüe, el presidente del Bizcaya Buru Baztar del EAJ, Andoni Ortuzar, argumente que la raíz del problema de la manifestación que convocaron mano a mano con los abertzales es que el Ministerio del Interior toma decisiones a 350 kilómetros del País Vasco. No su comprensión desequilibrada (siempre del mismo lado) del conflicto, qué va, ni sus querencias y prejuicios, no, sino 350 kilómetros.

A tantísima distancia, ha dicho, es muy fácil tomar decisiones cuyas consecuencias van a pagar otros. Cualquiera tiene derecho a su propio jet-lag identitario, pero, si se aplicasen los criterios del señor Ortuzar, devendrían ingobernables, menos Andorra y Mónaco, todos los países. Y muchas autonomías: entre Sevilla y Almería, por no ir más lejos, hay más kilómetros.

Tales declaraciones coinciden con el viaje de Mariano Rajoy a Estados Unidos. Eso las hace, por contraste, más ridículas. Primero, porque ese viaje de exactamente 6.088, 67 kilómetros es, sin duda, una de las acciones de gobierno más directas y responsables de Rajoy. Segundo, es tan importante porque en América se toman decisiones que nos afectan muchísimo en todos los órdenes, en lo económico, por supuesto, pero también en cuestiones de seguridad exterior e interior. Tercero, porque Estados Unidos gobierna Hawai a 7.674,65 kilómetros de distancia, entre otros estados lejanos, como Alaska.

Los 350 kilómetros de Andoni Ortuzar son un tiro de piedra (por utilizar una metáfora comprensible) a poco que uno levante la vista y contemple el mundo actual. Pensemos en tantas inquietas empresas vascas que se han expandido por el mundo. Sus directivos, que toman decisiones y dan instrucciones intercontinentales, ¿qué pensarán del argumentario de una de sus figuras políticas más importantes?

Muchos vascos, como tantos españoles, participaron en la primera globalización, que fue el descubrimiento de América y del Pacífico. Muy simbólicamente, fue un vasco, Juan Sebastián Elcano, el primero en circunnavegar el planeta. Lo dice bien bonito y en latín el escudo que le otorgó Carlos I de España y V de Alemania (otro de los que superaba con creces los 350 kilómetros). Constaba del globo terráqueo y este motto: Primus circumdedisti me. Juan Sebastián Elcano y sus compañeros, entre los que tenía muchos paisanos, habían recorrido más de 72.000 kilómetros. Eran otros vascos.

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