La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

No lancee toro muerto, Gabilondo

El enemigo no es el fascismo, señor Gabilondo. Es el paro, el Covid, la pobreza… Consulte el barómetro del CIS

Sería desesperante, si no hubiera cosas más importantes por las que desesperarse, este inventarse inexistentes enemigos existiendo tantos, y tan peligrosos, reales. "El 4-M va de defender las libertades frente a una reivindicación fascista", ha dicho Gabilondo, ese señor supuestamente culto, dialogante y templado que ha optado por ir con Pablo Iglesias de un brazo y Jorge Javier Vázquez de otro. Es mentira que los madrileños deban elegir entre Gabilondo (y sus nuevos amigos de la tele y la extrema izquierda populista) o el fascismo. Podrán decirme que es igualmente mentiroso el lema de Ayuso que da a elegir a los madrileños entre libertad o comunismo. Dejo la respuesta a Fernando Savater, que escribía en el artículo en el que anunció que iba a votar a Ayuso: "¡Y ese lema, comunismo o libertad, vaya osadía! Unos proclaman que los comunistas apoyaron la implantación de la democracia. Es cierto, igual que muchos fascistas. ¿Cómo? Dejando de serlo, convirtiéndose en socialdemócratas o conservadores radicales pero democráticos. No es el caso de los que hoy reclaman el título [de comunistas]. Sin suponer que vayan a traer gulags ni Paracuellos, reviven los peores remedios para los males del presente. No olvidemos que esa ideología ha causado crímenes, pero sobre todo es una mala idea. Si lo contrario a ese comunismo intervencionista, que enfrenta lo público con lo privado y manipula identidades, no es la libertad, se le parece mucho".

El enemigo no es el fascismo, señor Gabilondo. El enemigo se llama paro, Covid-19, pobreza… Según el último barómetro del CIS lo que más preocupa a los españoles por ser lo que más les afecta es la crisis económica, el coronavirus y el paro. Y tras ello, ¿saben lo que más les preocupa? La situación política y el mal comportamiento de los políticos. Quienes deberían ser la solución de los tres primeros problemas se convierten en un problema más. Evidentemente la reivindicación del fascismo no figura entre esos problemas. Porque no existe. Tan dados como son a atender a las encuestas -y más si son socialistas y estas del CIS-, ¿cómo es posible que ignoren cuales son los problemas reales -no inventados- que agobian a los españoles? Para no hacerlo bastaría con que no confundieran sus intereses personales y de partido con los de los ciudadanos y la nación; y que se quitaran las anteojeras ideológicas que les hace ignorar o desfigurar la realidad.

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