Cambia, todo cambia

Hay que limpiar los hospitales

La crisis desatada en 2009 se ha cebado con los eslabones más débiles, y uno de ellos es el personal de limpieza

El pasado martes este periódico que está leyendo publicaba un artículo sobre los recortes de personal que las diferentes administraciones públicas han llevado a cabo desde 2009 hasta 2016. De entre todos estos datos, llamaba la atención uno que es clave para nuestra vida: en 7 años se han eliminado 967 puestos de trabajo en la sanidad pública granadina, que emplea actualmente a 11.817 personas. Sin embargo, no podemos olvidar que aquí no se contabiliza el personal interino al que ya no llaman o el personal que se ha perdido en las numerosas contratas que prestan servicios en este sector.

Una de estas contratas se encarga de la limpieza de los hospitales. Son las mujeres (y algunos hombres) que limpian a diario la infraestructura sanitaria cumpliendo con una tarea esencial para el correcto funcionamiento de este servicio público, y por ende para nuestra propia vida, pues como todo el mundo sabe, los hospitales son lugares que deben estar muy limpios para evitar infecciones y contagios.

En algún momento esta actividad tan importante era cubierta por funcionarias del estado o de la universidad (según el hospital al que pertenecieran), pero la fiebre privatizadora llegó pronto al sector y hace años que desaparecieron de las estadísticas a las que me refería más arriba. La pérdida de estos datos oculta la verdadera dimensión de los recortes aunque como es lógico, llega un momento en el que la situación empieza a ser insostenible.

La crisis desatada en 2009 ha afectado al conjunto de la sociedad y a quienes trabajamos en los servicios públicos, pero se ha cebado sobre todo con los eslabones más débiles de la cadena, y uno de ellos es el personal de limpieza. En todas las administraciones públicas han visto deterioradas sus condiciones laborales. En mi centro de trabajo les cambiaron los horarios sólo para que la empresa concesionaria ahorrara dinero, y en el ámbito hospitalario, tras la fusión se encuentran con que hay mucho más que limpiar pero hay también menos personal por los recortes que ha sufrido este sector. Esto supone la limpieza se resiente, sobre todo en momentos clave como los días de fiesta o los picos de uso de algunos servicios como las urgencias.

De nuevo la con-fusión hospitalaria está poniendo en riesgo nuestra salud. Esto podría ser denunciable en los juzgados, pero mientras Susana Díaz reacciona o algún juzgado actúa, a la ciudadanía nos toca acudir el 15 de enero a la nueva movilización convocada por las plataformas en defensa de la sanidad pública granadina.

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