La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

La liturgia de la bobería

Nos hablan de la matria como de otras estupideces mientras se dispara el precio de la luz o las muertes por ELA

Tenemos un Gobierno que agita con descaro ciertos sonajeros para que la atención se fije en aspectos secundarios y no en los sustanciales. Exhibe con habilidad toda una liturgia de la bobería para que nos centremos en cuestiones que rápidamente incendian las redes o son motivo de tertulia en los cafés, pero que no son, nunca lo olvidemos, asuntos que de verdad mejoren nuestra calidad de vida por generar riqueza, empleos y oportunidades. La enésima majadería ha sido la alusión a la matria de la ministra Yolanda Díaz. No sé si estamos gobernados por frívolos temerarios, pero sí tengo claro que desde ciertos sillones se nos toma por tontos en demasiadas ocasiones. ¿Hablamos de la matria, señora ministra, o del precio de la luz que se va a convertir en un verdadero problema social en cuanto llegue el fin de julio? ¿Le contamos al personal cuál será la factura de los ERTE que nos sostienen gracias a la denostada reforma laboral del PP? ¿Explicamos por qué no se ha promovido una ley de pandemia en el último año y medio que nos hubiera evitado el desbarajuste actual de los tribunales superiores de Justicia fallando de forma distinta según la comunidad autónoma? ¿Reconocemos que no hemos soltado un solo euro para el estudio de la enfermedad de la ELA, que lleva provocadas ochocientas muertes en España en lo que va de año, muchísimas más que otras lacras que padecemos, verdad Jordi Sabaté? No, mejor hablar de la matria, la resiliencia, los oferentes de empleo, las soluciones habitacionales, los hijos, hijas e hijes, las conjunciones planetarias, los soldados y soldadas, los chuletones, el talante, etcétera. Y fíjense que he mezclado aposta ejemplos de la liturgia boba de Zapatero y de la de Pedro Sánchez. Ventear términos de diseño, huecos y de una suprema estulticia provoca hartazgo. Nos sueltan milongas para distraernos, cuelan el recurrente debate del aumento de los permisos de paternindad, nos asfixian con lenguajes inclusivos que son ridículos amén de inútiles, siembran convenientemente el odio entre sexos, entre creyentes y no creyentes, entre rojos y azules y hasta entre los modelos de familia. Saben que dividir a los españoles es una tarea bien fácil porque traemos la marca de fábrica. No crean que la liturgia de la bobería nos sale gratis. Mucha gente de buena fe cree a estos gobiernos. Creen que por decir todos y todas están de verdad apostando por la igualdad. Ingenuos. Cuando suena el sonajero, los bobos miran. Y mientras cuelan la ley de Educación y la de la eutanasia. Y ya preparan la del patrimonio y la de la seguridad nacional. Pero la clave está en la matria. La matria que los parió, que tranquila se quedó.

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