Tras la arenga cargada de odio que en la noche electoral nos dio Pablo Iglesias y la violencia en las calles de toda Andalucía instigada por sus irresponsables palabras -sobre las que alguien debería de haberse querellado ya-, Granada ha tenido que soportar manifestaciones ilegales, actos vandálicos, destrozos de mobiliario urbano, pintadas en autobuses e incumplimiento de las normas de convivencia con grave trastorno para los comercios y vecinos, ante lo que la inacción del alcalde nos ha dejado completamente perplejos a los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos. Será que ahora que la caverna mediática ha puesto de moda llamar fascistas a quienes defienden la unidad de España y la Constitución, considera que la mayoría de granadinos es fascista, ya que en la ciudad los partidos más votados han sido PP y Cs.
Entre tanto, la ex Sultana rociera y los miles de apesebrados de su régimen viven con ansiedad en la estéril esperanza de que un milagro les mantenga en el poder, ya que las probabilidades de gobierno del PP junto con Cs y el apoyo puntual de Vox son altísimas.
Pero lo que a mí me preocupa, además de la violencia alentada por Iglesias, es la desmembración de España y la degradación de las instituciones que el doctor Sánchez -el mejor valorado por el CIS victorioso y triunfal de Tezanos- y sus socios podemitas e independentistas están provocando, es qué es lo que el nuevo Gobierno del cambio andaluz tiene en su agenda pensado para sacar a Granada de la postergación, abandono y retraso en el que el socialismo sevillano la ha sumido durante 40 años.
Los granadinos ya tenemos experiencia en políticos de todos los signos que poco o nada han defendido a nuestra tierra y que han primado sus intereses propios o los de su partido aunque perjudicasen a Granada, por lo que ahora vamos a mirar con lupa lo que el Gobierno del cambio haga en nuestra tierra.
Las promesas han sido esperanzadoras y, si no las cumplen, los votantes de esta Granada castigada no se lo van a perdonar. Entre otras muchas, el PP ha prometido traer a Granada la gestión de la Alhambra y Sierra Nevada -algo que vengo reclamando insistentemente- y Cs mayores dotaciones para el Hospital del PTS y la culminación o consecución de grandes infraestructuras: presa de Rules, línea 400 kv y acelerador de partículas.
Ha llegado la hora y esperemos que todas estas promesas no caigan en saco roto y que los granadinos no nos sintamos también ninguneados por el nuevo Gobierno del cambio.
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