¿A donde nos lleva Cuenca?

Sumidos en un mar de indecisiones, parece que han perdido la brújula para dirigir este barco que se llama Granada

Si dicen que El agua en Sevilla es una maravilla, el IBI en Granada sería una puñalada, pareado más doloroso cuando nos suban la contribución para el próximo año un 4% -¡otra subida, oiga!- como se habla en estos días.

¡Ah! y los automóviles con más de 25 años, hasta ahora exentos del Impuesto de Circulación, por su carácter de históricos, parece que pasarán a pagar, porque, como dice la canción infantil: cuando llueve se mojan, como todos los demás...

De la primera medida aún no se ha informado el montante que pueda suponer. De la segunda -y aunque parezca mentira- dicen que se podrá recaudar de los coches viejecitos en torno a un millón de euros, lo que no es moco de pavo, ni de pava, como gusta de aseverar, sexualmente hablando, a los ilustres lingüistas del PSOE.

Todos los grupos de la izquierda -el rojerío municipal- estarían a favor de estas medidas de incremento recaudatorio del alcalde Paco Cuenca y su teniente económico Baldomero Oliver. Los de Ciudadanos, consultarán con la veleta, al socaire de los vientos, ya se sabe. En comisión, el PP no se ha pronunciado a la hora del voto. Opuesto el partido azul a todo lo que sean incrementos de impuestos municipales -que tanto fascinan a la izquierda- fía su decisión final a que los socialistas; que llegaron al (des)gobierno de la mano y con el apoyo decidido de los Ciudadanos naranjas; elaboren y presenten un proyecto de presupuesto del municipio, para el próximo -y electoral- 2019.

Porque, miren ustedes, si el presupuesto general de una institución es donde se expresa, de verdad, la voluntad política de un gobierno, en Granada, desde que (des)gobiernan los ocho corporativos -de un total de 27- del grupo socialista, la voluntad política es un completo e inescrutable enigma: andan a salto de mata.

Con clara certeza nadie sabe la hora que es al establecer las prioridades del alcalde y sus concejales. Sumidos en un mar de indecisiones, de incertidumbres, parece que han perdido la brújula para dirigir este barco que se llama Granada, esa que se la llama tres veces y la que, otras tantas, responde ¡Qué! Y nada más les dice este mustio Ayuntamiento que debe de haber perdido la rosa -me refiero a la de los vientos, no a la del puño. ¿O sí?- ¿A donde nos lleva Cuenca?

¿Quien se creerá la oferta electoral del PSOE en el Ayuntamiento granadino, sin que sean capaces antes de garantizar sus promesas en un Presupuesto general, racional y creíble? Y eso que, si no suben los impuestos, el PP oferta su apoyo. ¿O no?

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