La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Sin luz

La energía en Cartuja no se las roba la marihuana en flor sino la falta de voluntad política que no florece, sigue marchita

A la luz de su cortijo, ese que engalanan con el poder que les presta el pueblo, nunca le faltará corriente. No es probable que permitieran entrar su poderío sin las luminarias que abrillanten el paso de su frugal figura política. La autoridad no se les resiste cuando de lo suyo se trata. En sus cosas propias mandan ellos, como mandan en la de los demás, aunque se note solo cuando convenga.

Que no molesten con su Venezuela los vecinos pobres de un barrio periférico, pidiendo soluciones a la falta de calor bajo las enaguas de su mesa camilla, entre tanto frío; pidiendo su derecho a tener energía corriente, cada día. Los políticos y directivos energéticos ya van calientes en el coche oficial al despacho, y por los amplios pasillos de su canal de andanzas y chanzas. ¿A quién le importa el frío de Indalecio, Rosenda o Juana, yendo tan calientes los que mandan? ¿Apagón? ¿Frío? ¿Sin luz eléctrica? ¿Qué es eso? No molesten, que a ellos no les pasa. "Ande yo caliente…". Culpen a la compañía o a tomas ilegales, qué más les da a ellos si su fuente no peligra.

24 horas después de echar a andar, el Gobierno ha subido el precio de la botella de butano un 5%. Las pensiones, un 0,9%. Es su forma de entender el progreso. No se les verá tal dispendio de energía al servicio de los problemas de la gente que sufre apagones. Alguien decidió que eso era secundario. Son hogares que acabarán llamando fresco al frío, y empadronándolo en su casa como uno más de la familia.

Nadie les hace caso, la luz de su quejío alumbra escasamente donde habita el poder de los más fuertes, porque en la zona norte capitalina no hay una DUI que altere la paz política y su convivencia. Allí no viven gentes de lacitos amarillos y provocaciones oscuras. Su mundo es un tropel de fríos, a cuál más y mejor olvidado por la realidad política que los ningunea.

La energía en Cartuja no se las roba la marihuana en flor sino la falta de voluntad política que no florece, sigue marchita. Son gente que no resulta atractiva en los telediarios porque no navegan a la deriva en un Open Arms que alumbre más atención mediática. En Cartuja no van en patera arriesgando la vida por un futuro mejor, pero les pisan su futuro manteniéndolos a oscuras. En el distrito Norte de Granada, ni la política ni la empresa encuentran la luz que alumbre las soluciones.

¡Cuando llegará quien asido a la vara de mando y con compromisos, deje de culpar a vecinos honrados porque les haya tocado vivir en un barrio sin ley!

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