Juan Prieto / Deportes@granadahoy.com

¿Tan malos son los del 'Graná'?

Si no hay un trasfondo extradeportivo en el rendimiento de la plantilla, no hay explicación a lo que sucede

HA sentado muy mal el empate del Granada CF en Talavera. Las expectativas en torno al equipo rojiblanco habían renacido tras dos triunfos seguidos y de un plumazo todo se ha venido otra vez abajo por el fiasco del domingo. Desde ayer, tras mi regreso de la población manchega, mucha gente me ha hecho la misma pregunta: "¿Tan malos son los del 'Graná'?". No sé qué contestar. Analizo los pormenores del partido y hago todo tipo de conjeturas en busca de una respuesta: mala planificación de la temporada, una plantilla con escaso nivel anímico, un tremendo bajón físico en la segunda vuelta, problemas extradeportivos por las mensualidades adeudadas, errores del técnico en los planteamientos, sistema de juego previsible y con recursos agotados, falta de compromiso de los jugadores, ausencia de suerte, un mal día o que hay menos calidad en el equipo de lo que se pensaba. No es que afirme que estas cábalas sean ciertas, sino que trato de buscar una explicación convincente del por qué del, calificado por Óscar Cano, "bodrio" o de la "apatía" que vislumbró Lorenzo Sanz. Pero no encuentro un dictamen concreto. A lo mejor es un poco de todo, e incluso de más cosas. Pero lo que está claro es que los responsables sí están obligados a hallarlo. Sin conocer la enfermedad, no pueden ponerle remedio.

Sin embargo, sí hay un dato objetivo y demostrable: esta plantilla acabó la primera vuelta, tras 19 partidos, en el segundo lugar de la clasificación, a menos puntos del liderato de lo que ahora está de la cuarta posición; era el segundo equipo más goleador y sólo sumó tres derrotas. No sé si estos guarismos abortan alguna de las conjeturas enumeradas con anterioridad, pero desde luego algo ha tenido que ocurrir para que sólo se hayan sumado once puntos en los diez partidos jugados de la segunda vuelta y que esté a punto de tirarse la temporada por la borda. Habrá momento para encontrar los culpables, pero busquemos ahora las soluciones. ¡Que aún hay tiempo!.

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