Extramuros

José Antonio / Montilla

Los mensajes de Zapatero

CÓMO no hablar del nuevo Gobierno? Es lo que se comenta en la peluquería y en la frutería. Mi opinión es que el presidente ha optado por cambiar poco, pero enviando un mensaje en cada una de sus decisiones tanto en la estructura como en las personas. En la estructura del Gobierno, con la creación de dos nuevos ministerios (igualdad e innovación) que nos remiten a los retos de la España del siglo XXI; la fusión de agricultura y medio ambiente, para conciliar perspectivas a menudo contrapuestas, o la creación de secretarías de estado de cambio climático o de administración pública (¿se abordará en serio su modernización?).

Pero, quedémonos con las personas. No hay que ser un zapaterólogo para detectar mensajes subliminales en los diversos nombramientos. Claro que con Chacón en Defensa pretende mostrar que la mujer puede llegar en España a cualquier puesto pero para ello le hubiera servido la granadina Soledad López. Al situarla en Defensa ha elegido para ella un ministerio visible, no demasiado problemático y, sobre todo, a cubierto del siempre previsible fuego graneado entre el Gobierno y la Generalitat. Tampoco se ha destacado demasiado que con los 31 años de Bibiana Aído está trasladando al socialismo andaluz la necesidad de rejuvenecer sus cuadros, tras unas elecciones con mensaje de la ciudadanía.

Distinta lectura tiene la incorporación de Beatriz Corredor y Cristina Garmendia. Con la ministra de Vivienda nos recuerda que también los socialistas tienen registradores de la propiedad en sus filas; de la misma forma que con Garmendia se recupera la figura del emprendedor, en empresas innovadoras, claro. Son dos formas de ampliar el área de influencia del socialismo. Finalmente, Corbacho representa la visión de la inmigración como un fenómeno que debe ser abordado desde un buen conocimiento de la realidad local en la que incide directamente. Son movimientos tácticos; la estrategia la expuso en un excelente discurso de investidura.

Hay, no obstante, dos mensajes fallidos. Acaso con el nombramiento de Sebastián agradece el sacrificio de presentarse en Madrid para perder, cuando otros no quisieron hacerlo, pero ello no diluye la sensación de que ha nombrado a un amigo que lo hizo mal cuando salió al ruedo público. Tampoco me parece un buen mensaje que más de la mitad de los ministros no sean militantes socialistas, sobre todo para un partido que tiene la mitad de afiliados que el PP y, por ello, suele estar en inferioridad de condiciones no sólo para enviar interventores a las mesas electorales sino también para trasladar a los círculos más cercanos de acción política sus propuestas partidarias.

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