la columna

Juan Cañavate

Las mentiras de Merkel

EN apariencia, las mentiras de la señora Merkel sobre las hortalizas andaluzas no parece que persigan un beneficio personal y, aunque son mentiras que aparentan gratuidad, realmente son afirmaciones que salen bastante caras. Una afirmación gratuita es una mentira que se oculta en la falta de pruebas y que no se apoya en nada que permita comprobar la afirmación y es, más o menos, lo mismo que hacen Rajoy y sus muchachos con la contabilidad pública de la Comunidades Autónomas.

La señora Merkel, ya lo saben ustedes, afirmó de forma gratuita y sin pruebas, que la mutación de la bacteria e.coli la causaba el pepino español y la mentira gratis de la señora la ha acabado pagando un sector económico que es clave para Andalucía, tanto para la producción, como para la industria de transformación y distribución agrícola, como para la investigación agroalimentaria, como para la lucha contra el paro y muchas otras cosas más que me voy dejando en el tintero.

Y aparentemente, insisto, ella no ha obtenido ningún beneficio, aunque haya ya mucha gente de la que se dedica a estas cosas que también insiste en que, detrás de su gratuita afirmación, hay intereses que van más allá, mucho más allá, de la mera insensatez política o del desprecio visceral que no intenta ocultar cuando habla de nuestra tierra y que, de inocente o gratuito, nada de nada.

Lo que sí es verdad es que la mentira gratuita de la Merkel le puede salir gratis a ella, pero no a los españoles y que el daño causado se suma a otros males que llevamos arrastrando, ya saben ustedes, desde hace algún tiempo y que, curiosamente, acaban de una u otra forma, mezclados con intereses económicos que se sitúan ¿adivinan dónde?, pues sí, han acertado al sospechar que los bancos alemanes y franceses son propietarios de más o menos el 25% de los bonos de la deuda pública española. Esa que ha conseguido poner contra las cuerdas al estado del bienestar en nuestro país. Lo curioso es que para comprar deuda española con un rendimiento del 6%, los bancos alemanes pidieron dinero a un 1% al Banco Central Europeo que se lo prestó sacándolo, entre otros, del Banco de España.

Ahora los camaradas españoles de la señora Merkel han aprendido la irresponsable lección y Rajoy y sus muchachos se han lanzado como locos a soltar grandes afirmaciones gratuitas, mentiras caras y sin pruebas sobre la situación de riesgo económico de las Comunidades Autónomas y casi no hay dudas de quién obtendrá los beneficios de sus mentiras y de quién pagará los daños.

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