Palabras que se lleva el viento…, ese viento gélido que ha soplado en Granada en las últimas horas, y que ya se ha llevado la afirmación de la consejera de Cultura de que en Granada se quedan 500 millones de los 800 que genera esa mina de oro llamada Alhambra.

¿Dónde están esos 500 millones? ¿Y los otros 300? Porque en Granada no lucen nada… Sucia, descuidada, con importante patrimonio histórico abandonado, mobiliario urbano destrozado, grafitis, pegatinas y cartelería ensuciándolo todo, hasta hay edificios destruidos al estilo bélico -véase plaza Emilio Herrera-, o miles de losetas bailando. Hay donde elegir dejadeces.

Puede que el movimiento económico que genera la Alhambra ascienda a esa cantidad, aunque estaría por ver, porque Granada no es precisamente un ejemplo de prosperidad económica, ni derivada ni no derivada de la Alhambra.

Según la consejera la Alhambra tendrá el presupuesto de lo que recauda: 34 millones, que se irán en su mantenimiento. Pero las cuentas no salen, a 14.85 euros la entrada, los ingresos ascienden a 41,2 millones, ya que los visitantes del pasado ejercicio fueron 2.776.887 -superando el aforo máximo permitido por la Unesco, 2.763.500/año-.

Encima el presupuesto de 2020 sube bien poco respecto al de 2019, 32.953.221 euros, según el portal de transparencia del monumento. Y además el sector turístico se queja de que hay más viajeros pero que su gasto y calidad son menores.

Siendo pues la realidad económica de la mina de oro bien distinta… no sabemos dónde quedan los 500 u 800 millones, ni dónde quedan tampoco las inversiones prometidas para el centro histórico de Granada como trasferencias de capital de los ingresos de la Alhambra (capítulo 7 del presupuesto del monumento), ni la rehabilitación del Hotel Reuma. Menos mal que pretenden acabar con la desastrosa reventa de entradas.

¿Por qué Sevilla administra el dinero recaudado en la Alhambra y decide que se queda y que no en Granada? ¿Administramos desde aquí los Reales Alcázares o la Torre del Oro? Otra consecuencia negativa más de nuestra infausta inclusión en Andalucía.

Y se avecina otra polémica más sobre la Alhambra, sus nuevos accesos, en la manía de que los turistas no anden ni un paso, como si los actuales accesos no fueran ya suficientes. Si pretenden hacer un ascensor con un túnel desde San Pedro o un tranvía en la Cuesta Gomérez, auguro una gran oposición a semejante desvarío.

Que Granada siga en Andalucía sólo nos traerá más de lo mismo en los próximos 40 años. ¿Quieren seguir así?