El mito del teleférico

El proyecto del teleférico se ha aprobado y desaprobado tantas veces que la gente está ya mareada antes de subir

Lo he escrito en algunos de mis artículos o lo habré hablado en una de mis tertulias, porque de mi memoria ya no me fío, pero los dos temas más recurrentes que tienen los políticos granadinos cuando les da por reivindicar algo son el tren de Motril y el teleférico de Sierra Nevada. No falla. Desde hace muchos años salen a la palestra siempre que un político o una institución pública les da por revivir estos proyectos que están anclados en el tiempo. Son proyectos que pasan de generación en generación y que nunca se llevan a cabo. Eso sí, siempre hay alguien que encarga un estudio o un informe (que cuestan un pastón) sobre su viabilidad y que acaba traspapelado en ese cajón al que van a parar todo lo que no se hace. Ha pasado otra vez. De nuevo los periódicos han revivido ambos temas. Hace 150 años ya se hablaba del tren de Motril, tiempo que estamos los granadinos en el andén esperando a que llegue. Este proyecto ha provocado anécdotas curiosas, como aquella en que los motrileños enviaron al Pardo a comienzos de los cincuenta un camión de claveles en agradecimiento al Caudillo porque un gobernador civil había dicho que lo del tren estaba ya hecho, que incluso ya se había librado el presupuesto. La señora Carmen Polo no sabía dónde poner tanto clavel y los repartió entre las parroquias de Madrid. Luego, ni tren ni pollas. En cuanto al teleférico, ha sido aprobado y desaprobado tantas veces que la gente está ya mareada antes de subir. También por los cuarenta se destinaron 17 millones de pesetas a construir un funicular que uniera Granada con Sierra Nevada. Franco incluso envió a sus técnicos al extranjero a que vieran instalaciones de este tipo. Una decena de años más tarde se creyó que aquello era una locura y se olvidó la idea. En 2007 un grupo de empresarios quiso construir el teleférico, pero la Junta de Andalucía -que en materia de urbanismo en Granada no acierta ni una- tumbó el proyecto. "El mayor teleférico del mundo unirá Granada con Sierra Nevada en 2010", dijeron los titulares de los periódicos. Los empresarios dañados reclamaron justicia y ganaron el pleito, pero ya habían pasado diez años y se perdió el ímpetu. Ahora el PP quiere revitalizar la idea y el Ayuntamiento de Granada lo ha incluido como posible iniciativa en el nuevo PGOU. Ojalá mis tataranietos puedan disfrutarlo.

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