No voy a tener 42 años a mi mitológica Garnata en el agujero negro 28F1980, aunque sí permanecerá allí algo más para que los granadinos nos hagamos una idea de cuánto tiempo lleva Granada sumergida en el más absoluto ostracismo desde que se la incluyó en Andalucía. Y dada nuestra infausta situación, hoy voy a adentrarme en dos términos muy de moda que son plenamente aplicables a la realidad de Granada: posverdad y empoderar.

La posverdad o mentira emotiva es una distorsión deliberada y consciente de la realidad para crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales y políticas, en la que los hechos objetivos no importan, lo que importa es influir en las emociones personales para manipular las mentes. Esta manipulación triunfa cuando las víctimas se convencen de que el manipulador lleva razón. El modus operandi de la posverdad es norma en ciertos medios y entre los políticos como parte del adoctrinamiento que ejercen sobre la población.

La Junta andaluza es un buen ejemplo de la posverdad. Desde la escuela su régimen nos inculca la existencia de una Andalucía, grande y libre, procurando el férreo adoctrinamiento en lo andaluz sin los resultados catalanes; será porque son más torpes en la elaboración de la mentira y tampoco cuelan la falaz patria andaluza, su falsa historia ni sus falsos héroes. No es de extrañar, como parte del engranaje de la posverdad andaluza, que su Junta se empeñe en que se considere a Andalucía como Comunidad Histórica, junto con Cataluña, País Vasco y Galicia ¿Es que las demás no son Comunidades Históricas? Evidentemente todas lo son, ya que todas forman parte de España y de su Historia.

Andalucía como tal no es realmente un territorio histórico, salvo en cuanto a que toda tierra de España es histórica, pero nada más.

En ella lamentablemente se encuentra, temporalmente, el Reino de Granada, como territorio históricamente diferenciado por su autonomía política y administrativa secular, por su relevancia histórica e institucional y por sus fronteras naturales.

En Granada sorprende pues que se califique a Andalucía como Comunidad Histórica cuando a todas luces no lo es, máxime cuando Granada lleva diez siglos siendo Reino histórico, territorio histórico, ninguneado, despojado, postergado ex profeso, aislado, empobrecido desde 1980, pero territorio histórico.

Ahora es misión de los granadinos trabajar para hacer realidad otro término de moda, para empoderar a Granada. Empoderarla para conseguir de una vez por todas, mediante el Granadexit, su reconocimiento como Comunidad Autónoma Histórica distinta de Andalucía. Empoderemos a Granada, pongámosla de moda.