Puesto de socorro

Javier / Aguilera

El momento de la verdad

El Granada se ha complicado la vida él solito. Podría estar ya salvado, o casi, y sin embargo ha de seguir remando porque el trecho hasta la orilla de la permanencia aún es largo, con unos obstáculos tremendos en las siguientes olas. Está en un mal momento, de juego y de resultados, es más débil que nunca a balón parado y las sensaciones transmitidas en los dos últimos encuentros no son nada buenas. Sus números como visitante son escandalosamente malos y en casa no llega la ansiada regularidad. Además, la cortísima plantilla está cogida con pinzas, con Riki ahora lesionado, Angulo sancionado y varios jugadores más al filo de cumplir ciclo de amonestaciones.

Todo lo relatado en el párrafo anterior es real. No hay que ser pesimistas ni excesivamente dramáticos para verlo. Ahora bien, de ahí a que el equipo está a un paso de Segunda media un mundo. "Nos quedan dos victorias para salvarnos y las vamos a conseguir". La lapidaria frase de Lucas Alcaraz al término del partido contra el Málaga refleja perfectamente que la situación no es tan angustiosa como pudiera parecer. Solo hay que ganar dos partidos de seis, con tres de ellos a jugar en casa. Este equipo está más que capacitado para hacerlo y servidor, como Lucas, no tiene ninguna duda de que así será.

Vamos a ver el vaso medio lleno. Si el Madrid cayó la pasada campaña en Los Cármenes, por qué no puede perder también el Barça; quién no recuerda lo que ocurrió en el Pizjuán en la temporada del regreso a Primera, que levante la mano quien crea que el Granada no es mejor equipo que el Almería, el Rayo y el Valladolid, que nadie olvide lo que pasó el curso pasado en la visita rojiblanca a Anoeta. El Granada no está bien, cierto. El equipo está decepcionando en las últimas jornadas, cierto. El Granada no baja, también cierto.

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