EL desempleo familiar ha empujado a buscar trabajo a más de 17.000 amas de casa granadinas en los últimos tiempos. Por el contrario, y abocados por el paro, miles de hombres aguardan en el hogar la posibilidad de encontrar un empleo. La incorporación de la mujer al trabajo ha sido uno de los logros que ha traído la revolución femenina. La ruptura de los estereotipos sexistas ha abierto al mercado de trabajo a la mujer. Sin embargo, la incorporación masiva de amas de casa al empleo a causa de la crisis es una situación anómala y de este modo hay que valorarla. El desempleo ha roto la estructura económica de las familias y sólo la necesidad de buscar vías de ingresos alternativas ha llevado a muchas mujeres a buscar un salario. Algo semejante se puede decir de los hombres a quienes la crisis ha forzado a un paro no deseado y a permanecer en sus domicilios. Sí hay una diferencia. El mercado de trabajo es más hostil para la mujer que para el hombre. Los salarios masculinos siguen siendo muy superiores a los femeninos, aun en igualdad de empleo y responsabilidad.

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