El niño que quiere un globo

De lo que estoy seguro es de que los brazos de la madre son más seguros que los del Estado

Mire usted por donde el domingo pasado me dio por desayunar churros. Era una mañana de esas en las que en una terraza se hace necesaria la búsqueda imperiosa de los rayos de sol. Tengo varios sitios a los que ir cuando me entra el deseo de comer churros con chocolate, pero sin duda uno de mis preferidos es la plaza Bib-Rambla donde, como ustedes saben, hay varias cafeterías que te los ofrecen. Antes de sentarme en la cafetería pasé por el quiosco de la plaza de la Pescadería a comprar un par de periódicos. Los churros estaban muy ricos y estuve a punto de pedir otra ración si no me hubiese acordado de mis índices de colesterol.

Pasé casi una hora leyendo los periódicos e iba a pagar para irme cuando veo que un vendedor de globos con disfraz de Peppa Pig se acerca a una madre que lleva de la mano a un niño de unos tres o cuatro años. El Peppa Pig de pega le pone en la mano del niño uno de los globos.

La madre le dice que no, que, por favor, no le dé un globo al niño. "Tres euros, tres euros", dice Peppa Pig intentando llevar a buen puerto la venta. La madre le repite que no va a comprar el dichoso globo, seguramente porque sabe que dentro de unos minutos el niño se hartará de él y lo soltará. El Peppa Pig rebaja su oferta: "dos euros, dos euros".

La madre se enfada, le devuelve globo al vendedor y el niño empieza a llorar. La madre entonces coge a su vástago y se lo lleva a un banco de la plaza. Veo que intenta dialogar con él al tiempo que coge un pañuelo y le limpia las lágrimas. No sé lo que le diría, pero al cabo de unos minutos el niño deja de llorar y le da un abrazo a su madre. Ésta, por su parte, abraza tiernamente a su hijo.

¿Saben lo que decía la primera página de uno de los periódicos que tenía encima de la mesa? Pues aludía esas declaraciones de la ministra Celaá diciendo que los hijos no pertenecen a sus padres.

Yo no sabría decir hasta qué punto aquel niño no pertenece a esa mujer que lo abraza, de lo que estoy seguro es de que sus brazos son más seguros que los del Estado y que los de Peppa Pig.

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