Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

El nombre de Granada en vano

Se repetirá hasta la saciedad a la ciudad olvidada, en los propósitos de los aspirantes a regirla

Granada estará en la boca de los aspirantes a regirla en las próximas elecciones municipales del 26-M. Es legítimo que, de pronto, la mayoría de los candidatos, se acuerden de la ciudad olvidada por todas las instituciones, no sólo locales que no han tenido la fuerza para reivindicarla si esas peticiones iban a molestar a los que gobernaban en Madrid o en Sevilla, si eran de la misma órbita política. No se comprendería que tantos temas, responsabilidad de las distintas administraciones, sigan siendo, todavía, un proyecto, una utopía o, sencillamente, que sigamos esperando a Godot, como ocurre con el famoso AVE que cuando llegue, además de celebrarlo jubilosamente como una fiesta local de la importancia del Corpus o el Día de la Cruz, habría que hacer alguna pirueta semántica para no confundir su alta velocidad con la 'velocidad Granada' con la que ha tardado en llegar.

Es sólo un símbolo. ¿Va a hacer alguien un balance de lo perdido -distrito universitario, Capitanía, influencia económica e industrial que hasta en tiempos de los árabes tenía proyección europea- o tantos aspectos en lo que ha quedado rezagada, en comparación con el resto de España y parte de Andalucía? Incluso a los políticos locales, regionales y nacionales, que tan escaso apego han demostrado por la cultura, le gusta utilizar el nombre de la misma y de la ciudad cuando vemos, en este aspecto, cómo ciudades cercanas -Málaga, Sevilla y para qué decir otras muchas de Valencia, de Galicia, del País Vasco y para qué hablar de Cataluña- son ejemplo de desarrollo cultural. Recordemos la lamentable crisis de la OCG, sin unidad para salvarla. Nos alegra que los candidatos de los partidos clásicos y los recientes hablen de Granada, de su rescate, de su desarrollo, de volver a situarla en el mapa político, económico, social, cultural con el peso que merece su historia. Pero, comprendiendo ese entusiasmo por Granada, rogamos que no se utilice su nombre en vano, con promesas irrealizables o cuentos de la Alhambra, para emular a Washington Irving.

Pero, sobre todo, lo que nos molestaría -como supongo le ocurrirá a todos los ciudadanos de capitales, ciudades, pueblos, por modestos que sean- es que esta nueva pugna electoral se convierta en lo que llaman 'segunda vuelta' de las elecciones generales, con la pugna de los votos y la posición de los partidos en esa esperpéntica 'Comedia política' a que tantas veces me he referido. Los problemas que se dirimen son cercanos y se espera que se afronten pensando en la ciudad y no, como ocurre en la política nacional, pensando en sillones y alianzas que beneficien los intereses personales y no del país. En este caso, de los intereses de las ciudades, entre ellas, Granada.

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