Una nueva OTAN

La OTAN, a la que Macrón y Trump calificaron de obsoleta, es una alianza que sigue más viva que nunca

Dicen que cierran Madrid. Lo sé. Daría para más de una canción de Joaquín Sabina. Pero, de un tiempo a esta parte, somos así de sosos. Y cuando de hablar de otros se trata, nos acobardamos, y sugerimos estrategias que desvíen la atención de lo principal. Aún así, tengo dudas de que todos los que han cerrado Madrid se sitúen en el mismo plano de la estrategia. Diferentes horizontes, un futuro económico diferente, un diferente interés interno. Parece difícil homogeneizar las conclusiones, aunque siempre habrá quien lo tape todo bajo manta dialéctica y foto de grupo.

La OTAN, un instrumento otrora apto para la guerra; un instrumento otrora para la paz; un instrumento que, tras las últimas rebeliones rusas, incluida la previa en 2014 a Ucrania, la de 2008 a Georgia, (o las atrocidades contra el pueblo checheno entre 1999 y 2002, se mostró inerte y sin capacidad de reacción; un instrumento que debate en Madrid su filosofía y razón de ser, frente a la perversión rusa, que justifica un 'cordón de seguridad' bajo la necesidad de mantener a raya una OTAN hostil, ahora incluso más, con la llamada de Suecia y Finlandia a la puerta del refugio atlántico, y el principio de acuerdo alcanzado a ultima de hora del miércoles con la reacia Turquía.

Sea como sea, la crisis rusa ha evidenciado la imperiosa necesidad de reformular una estrategia que responda a las necesidades reales de una defensa europea compartida. De aquí a mañana, titulares y declaraciones generarán un estado de grandilocuencia que después habrá que analizar. La letra pequeña, que dicen. Y la letra pequeña debiera aprovechar esta 'debilidad', para generar oportunidades. Sería decepcionante una OTAN que sólo analiza el problema 'fronterizo' con Rusia, descartando reformular una 'nueva OTAN' cohesionada, moderna y con objetivos definidos, no sólo en oposición al imperialismo ruso, sino fijando posiciones frente al creciente poder de China o la amenaza del cambio climático. Demasiadas dudas por definir y concretar.

Lo cierto es que han bastado estos últimos meses para tirar de las orejas al presidente Macrón o al propio Trump, que calificaron a la OTAN como una organización obsoleta y en muerte cerebral, para mostrar una alianza que sigue más viva que nunca. Queda mucho por recorrer. El mundo parece dividirse en dos bandos (OTAN y aliados, frente a Rusia, China, Venezuela, Irán…); que no estamos ante una tercera guerra mundial. Que no parece probable que ningún país permanecezca al margen con el sello de neutral, sin correr el riesgo de perecer en una crisis por asfixia económica de uno y otro bando. Queda mucho, pero Europa parece despertar.

De lo último, de la letra pequeña, lo veremos en las próximas semanas. Por lo pronto el reforzamiento militar y la nueva estrategia de defensa, es un hecho. Y la incorporación de Suecia y Finlandia, también. Joaquín, ¿te dará para una copla?

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