El número i

Algunos parecían complicarse mucho la vida con lo del 2 más 2 aunque en política nunca es exactamente cuatro

Recordemos que el número i forma parte de los denominados números complejos, aquellos que tienen una parte real y otra imaginaria. En ese imaginario entra el número i, cuyo valor es…; bueno, no crean que he confundido este Cajón con una clase y estoy delirando fruto de los calores de la canícula juliana. Quisiera meditarles sobre la importancia de los números en nuestra política o en nuestra justicia. ¡Hay que ver la que ha liado el 6 a 5 de la sentencia sobre el estado de alarma! ¿Y si hubiera sido 5 a 6? ¿O si el Tribunal en cuestión hubiera tenido sus 12 miembros y se hubiera producido un empate a decidir por el voto de calidad del Presidente? ¿A quién se le ocurrió poner un tribunal con número par y dar la decisión final al voto presidencial? Para mí que los que hicieron esto eran muy, muy, muy de letras, o quizás no se estudiaron bien esto de los números complejos, o a lo mismo era lo que buscaban. Eso que han llamado debates doctrinales.

Ya dijo Platón, y también los pitagóricos, que la única realidad que existe son los números; pero claro que aquellos griegos, por cierto bastante aristocráticos y sectarios, solo hablaban de los números reales. No podían imaginarse que hubiera números complejos o irracionales. De complejidades, irrealidades e irracionalidades saben mucho nuestros políticos que buscan de continuo cualquier complejidad, cualquier lio para, por ejemplo, dejar a una ciudad sin alcalde real durante semanas. Eso sí, hay que reconocer que algunos parecían complicarse mucho la vida con lo del 2 más 2. Ya sabemos que en política nunca es exactamente cuatro. Y sin salir de lo municipal, ahondemos en la capital importancia del número 14, el que da la mayoría de gobierno. Podríamos seguir buscando los números mágicos, digamos que áureos, que en los distintos parlamentos o instituciones dan el control por mayoría. La absoluta se tacha de dictadura, sobre todo si la ejerce la derecha (o el centro derecha y la extrema derecha). Si la tiene la izquierda, nunca es dictadura. Ni siquiera en Cuba, donde el partido comunista tiene mayoría absoluta desde la época de Platón (o antes, ya no recuerdo).

El problema complejo se plantea cuando hay que cuadrar mayoría con varios partidos. Entonces entra en juego el número imaginario. Y nuestros políticos son, ahora sí, genios matemáticos para buscar cualquier razón imaginativa que les proporcione o perpetúe en el poder. Lo de menos son los problemas reales de los ciudadanos, lo importante son sus números imaginarios. Vale.

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