ESTE periódico se preguntaba hace tres días dónde estaban los trabajadores de las obras del Metro después de hacer un recorrido por varios tramos durante gran parte de la mañana. 24 horas más tarde, la misma pregunta se la hacía el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, después de montar a los medios de comunicación en un microbús y darles también un paseíto.En total, se pudieron ver una treintena de empleados en las obras en los tramos en cuestión. Ayer, la Junta dio una explicación a la ausencia de estos trabajadores: los casi 600 empleados -al menos, dados de alta en la Seguridad Social- en el Metropolitano estaban en la hora del bocadillo justo cuando el regidor recorría la ciudad en su busca. Curiosa coincidencia, podría decirse uno. Al mismo tiempo, otro incauto podría preguntarse si 600 obreros -1.200 pies, si las cuentas no fallan- marchando al tiempo a una o varias cafeterías no provocarían un terremoto en la ciudad. O si todos trabajan en los túneles para despistar.

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