Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

El olimpo andaluz

Garnata se sintió aún más desdichada. ¿Cómo era posible que la hubieran recluido en su alhambreña jaula de oro?

Será que no eres hija de la suprema Andalucía? ¡Garnata calla y no remuevas tu épico pasado! ¡Calla y sométete al olimpo andaluz!". Esas impactantes palabras resonaron con tanta fuerza en la bella Garnata que, como si de un déjà vu se tratara, le evocaron tiempos remotos, de esplendor y gloria que ni tan siquiera recordaba. Pareciera como si un ancestral e ignoto pasado le revelase la senda de su libertad…

Pero Garnata se sintió aún más desdichada todavía ¿Cómo era posible que el dios superior Infante y la suprema diosa Andalucía, junto con sus semidioses lacayos, la hubieran engañado? ¿Cómo era posible que la hubieran recluido en su alhambreña jaula de oro, despojándola de todo y haciendo virtuosas a sus hermanas Híspalis y Malaka, mientras que a ella la condenaban al ostracismo, al cautiverio, a la pobreza, al desamparo, apartada de sus padres semi celestes?¿Sería que ella tampoco era sangre de su sangre?

Desconcertada ante tantos interrogantes, Garnata se atrevió a dirigirse al sanctasanctórum del olimpo andaluz. En él se encontraban yaciendo placenteramente, flanqueados por leones y columnas, los dioses supremos Infante y Andalucía, rodeados de sus descendientes favoritas, a su diestra Híspalis y a su siniestra Malaka, que nerviosas preguntaron a Garnata ¿Cómo osas presentarte ante el olimpo andaluz? ¿Cómo te atreves a comparecer ante nuestros supremos dioses creadores?

Entonces, la voz del dios Infante resonó con la fuerza del trueno y la ira del rayo ¡Ingrata y desagradecida Garnata! Andalucía y yo, sólo nosotros, te hicimos bella, próspera y privilegiada ¿Cómo te aventuras a pedirnos cuentas insolente? Andalucía, con voz chillona y nerviosa, asintió y añadió: reza diez himnos blanquiverdes y doce Estatutos de 2007 si quieres que los relámpagos y las centellas de nuestra furia no te traigan más condenación de la que ya te hemos inferido. Vuelve a tu profundo sueño y sigue sumisa, callada y obediente a tus dioses andaluces. ¡Pero yo quiero ser libre!, se atrevió a decir Garnata, ¡yo no soy hija vuestra!

Entonces el divino olimpo andaluz entró en la mayor cólera conocida hasta ese momento en el nuevo mundo andaluz. La tierra de Garnata tembló, se secaron sus ríos, se desplomaron sus murallas, la inundó la pobreza, y la despojaron de sus ya exiguos bienes, hasta de la bella jaula de oro de su cautiverio. La desgracia será tu única compañera, salmodiaban al unísono.

Y el supremo Infante gritó ¡Blasfema, pecadora, te condenamos a vagar por el universo infantiano durante 45 años, así acatarás al supremo olimpo andaluz!

Así Garnata, condenada, comenzó a vagar por el universo andaluz…

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