DE un tiempo perdido, a esta parte esta noche ha venido, un recuerdo encontrado para quedarse conmigo, decían Los Rodríguez. Y en una noche como la de ayer afloran todos aquellos momentos en los que el granadinismo parecía no ser, y que ahora parecen haberse olvidado, y que toca rescatar. Porque no siempre fue así, porque hace apenas 15 años a este equipo le salían enemigos en su propia ciudad, y era objeto de burla allá por donde iba a la provincia. Ser del Granada no estaba de moda, era un reto del que al final sus aficionados, esos fieles que nunca reblaron, no solo sobrevivieron, sino que se hicieron más fuertes. Poco a poco fueron viniendo al redil, convenciéndose finalmente de que es el rojiblanco de toda la vida, pero tenían que darse cuenta. Bienvenidos sean todos, pero siempre lo saborearán más aquellos que en su día siguieron yendo al campo, de albero, barro o moqueta. Ahora que somos grandes, que el Granada ya es un grande de este país y gana en Europa como un grande, toca no olvidar.

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