Se dice, se comenta, que la música amansa a las fieras. Por ahora, salvo nuevo estudio de la prestigiosa Universidad de Loquetuqui, la música no es un antídoto contra el Covid. Por desgracia. Pero, la música es y ha sido siempre un placebo para resistir los embates y afrontar el lado menos bueno de la vida. Es por ello que lo que se vivió anoche en Granada fue todo un lujo y más aún en tiempos de sofoco, abanico, rebrotes, mascarillas y miedo a una segunda ola. En la misma provincia se concentraron cinco conciertos de primer nivel para todos los gustos y quilates de oro sobre los escenarios granadinos. Daniel Baremboim sacó la batuta a pasear en el Carlos V; Miguel Poveda se puso lorquiano en el Generalife; Chano Domínguez sacó su lado mediterráneo en el Jazz en la Costa de Almuñécar; Carlos Goñi sacó el Revólver de la nostalgia rockera en la Plaza de Toros; y Fernando Alfaro hizo dúo con Antonio Arias en un recital en el Centro CajaGranada contra el pueblo, pero para el pueblo. Ojalá la pandemia no se recrudezca y todo lo que se escuche sea música. Todos somos contingentes pero ella es necesaria. Por cierto, también cantó Cepeda pero el lapidario era sobre música.

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