La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¡Los perros y gatos primero!

Quien se negó a dejar Afganistán sin sus 200 perros y gatos lo hace dejando allí a sus colaboradores afganos

Paul Pen Farthing llegó a Afganistán en 2006 como miembro del Cuerpo de Marines Reales. Conmovido por la situación de los animales decidió quedarse allí y fundar en 2009 una ONG para recogerlos, concienciar sobre el maltrato animal y formar a cuidadores con conocimientos en veterinaria. Muy loable. Muy británico. Estos días ha estado en el centro de una polémica al negarse a salir de Afganistán sin los 200 perros y gatos de su refugio más el personal afgano que ha trabajado para él -25 personas y sus familias- en lo que llamó operación Arca.

Preocuparse de perros y gatos está muy bien, pero al hacerlo en los angustiosos momentos del rescate de seres humanos, sabiéndose que muchos de ellos quedarán bajo el poder de los talibanes que se vengaran de su colaboración con las tropas occidentales, ha generado una intensa polémica política y mediática en Inglaterra. Ante las acusaciones que el ex militar dirigió a las autoridades británicas el secretario de Defensa se vio obligado a declarar que no era posible dar prioridad a los animales sobre las personas, aunque las presiones de los animalistas y del mismo Farthing -que amenazó a un funcionario de Defensa con "pasar el resto de mi tiempo destruyéndote en las redes sociales" si bloqueaba la evacuación- le forzaron a matizar posteriormente que no se había negado a facilitarla, sino a darle prioridad haciendo que se saltara la cola de desesperados.

Al final Farthing ha logrado salir con sus 200 perros y gatos y llegar a Londres en un avión fletado de forma privada… Pero sin sus colaboradores. Según ha escrito en su cuenta de Twitter ello le provoca "sentimientos encontrados" por haber logrado sólo un "éxito parcial". Buena forma de referirse al abandono de su gente. En posteriores declaraciones ha dicho que fue "deprimente" dejarlos: "Algunos vinieron conmigo al aeropuerto, pero no se les permitió cruzar la línea entre los talibanes y el control británico. Hubo muchas lágrimas cuando nos despedimos. Me siento muy triste por ellos, pero aliviado por mí y feliz por los animales". Buen autorretrato. Al final quien se negó a irse sin sus animales ha accedido a hacerlo sin sus colaboradores. Los 200 perros y gatos están a salvo en Inglaterra "en muy buen estado, considerando lo que han pasado" según el veterinario del refugio que los ha acogido. No creo que se pueda decir lo mismo de los colaboradores afganos de este tipo.

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