Modelo de juego

joseba / aguado

No todo es posesión

Lo escuchamos a menudo, pero algunos parece que están más empeñados en seguir lo que dictan las modas que en saber adaptar el juego a sus futbolistas. Todo ese discurso de posesión ha traído consigo la pretenciosa consecuencia de que equipos que no tienen futbolistas para mantenerla con seguridad lleguen a hacerlo por decreto. Fallos técnicos en el pase, pérdidas en zonas comprometidas y goles que se podrían haber evitado si se hubiese elegido por sacrificar esa idea en virtud de tus mejores y más determinantes capacidades. Hay equipos que conocen sus virtudes, saben dónde son fuertes y dónde son débiles, y mientras el resto se concentraba en mantener posesiones infructuosas, ellos prefieren llegar a la victoria de una forma igual de válida.

Línea defensiva replegada, presión flotante, defensa a lo ancho del campo con jugadores para cerrar por dentro y por el otro, jugadores algo más liberados para montar las contras. ¿Los resultados? A la vista de todos.

Un buen entrenador es el que sabe lo que tiene, crea un contexto donde las virtudes de su equipo tengan el máximo peso y consigue buenos resultados. Tener una plantilla y lograr situaciones de sinergia colectiva. No necesitamos sólo buenos futbolistas, sino jugadores que compartan una forma de entender el fútbol. Conseguir aplicar un estilo de forma correcta, optimizando tus recursos, detectando tus virtudes y tapando tus defectos, por antiestético o criticado que sea, es jugar bien. ¿La belleza? Un recurso de románticos que pretenden que el fútbol sea literatura. El juego del Barça no es bello porque pretenda serlo, sino por consecuencia, porque es, para sus jugadores, la mejor forma de llegar a la victoria.

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