El precio de la reinserción

Los reinsertados no siempre están rehabilitados, como es el caso de Arnaldo Otegi

La entrevista que se le ha hecho a Arnaldo Otegi en RTVE sigue en debate. En general ha sido calificada desde obscena a necesaria. En periodismo se investiga para poder contrastar las diferentes informaciones generadas sobre un tema y, en la medida de lo posible, descubrir la verdad. Otegi, como otros condenados por crímenes, ha sido entrevistado en diferentes medios de comunicación, privados y públicos. En el caso del actual coordinador general de EH Bildu (heredera del brazo político de ETA), fue entrevistado en La Sexta, dos veces. En ambos casos la polémica fue y está siendo considerable. Los motivos son claros: el personaje, su actitud, el momento y el medio. TVE se saltó a la torera su libro de estilo: "Las entrevistas a miembros de organizaciones terroristas y a políticos pertenecientes a grupos que justifican o no condenan la violencia sólo tienen cabida en RTVE si tiene interés informativo". ¿Lo tenía? No. Arnaldo Otegi, fue miembro de la banda terrorista ETA, estuvo en prisión cinco veces, fue condenado a diez años por intentar reconstruir la ilegalizada Batasuna bajo órdenes de ETA y participó en el secuestro de Luis Abaitua. Está inhabilitado para el derecho de sufragio pasivo y para ejercer empleo o cargo público hasta febrero de 2021. Subrayo, actualmente es coordinador general de EH Bildu. Se puede considerar que este hecho forma parte de su reinserción, y éste es su elevado precio. El hecho de que un condenado por crear una banda terrorista que ha asesinado a casi 850 personas se convierta en un individuo con el que sus víctimas se ven obligadas a convivir. Sus compañeros, como él mismo califica a los asesinos de ETA, y en consecuencia él mismo, han matado, no han pedido perdón, y a la sociedad, herida, se le obliga a aceptar su reincorporación como si no hubiera pasado. Pasado, en ambos sentidos. Los reinsertados no siempre están rehabilitados. Como es el caso. Ellos matan, y siguen manteniendo sus intenciones. Debe ser motivo de análisis profundo esta difícil posición en la que las leyes nos dejan a la sociedad pacífica, a la que se le somete a convivir con un vecino con pasado como el de Otegi. Pareciera significar que nosotros perdonamos a quien no nos pide perdón ni arrepentimiento. Es muy peligroso que se haya hecho una entrevista a Arnaldo Otegi en la cadena pública. Más grave si es para que Pedro Sánchez llegue a la Presidencia. Es un precio demasiado alto para conseguir el poder hiriendo profundamente a la sociedad.

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